TOLEDO, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
Aqualia analizará las aguas residuales de distintos municipios de Castilla-la Mancha para detectar el genoma de SARS-CoV-2, causante de la COVID-19 y ver su evolución, empleando para ello el laboratorio que Eurocaja Rural tiene en su sede de Toledo.
Así lo han explicado tanto el director general de Eurocaja Rural, Víctor Manuel Martín, como el director de la delegación en Castilla-La Mancha de FCC Aqualia S.A., Matías Loarces, a propósito del convenio de cooperación que han suscrito para la realización de estos análisis.
La toma de muestras la realizará Aqualia en aquellos municipios donde lleva la gestión del agua, unos 111 en la actualidad, aunque a través de la firma de convenios con otras administraciones se podrá desarrollar también en otros consistorios donde no tengan asumida esa gestión y ver así el nivel de incidencia temprana que puede tener el genoma en las diferentes localidades.
Víctor Manuel Martín ha explicado que, en los últimos meses, el laboratorio de la entidad ha sido certificado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de tal manera que además de los análisis de la trazabilidad del aceite de oliva, tierras, suelos o fitosanitarios, a partir de ahora se abre a un "nuevo campo biomolecular" para analizar muestras y residuos de esta enfermedad y, en adelante, de muchas más.
El director general de la entidad, que ha considerado un "éxito sin precedentes" este convenio, ha asegurado que Eurocaja Rural se ha implicado en el proceso de certificación, analizando las aguas residuales de su propio edificio durante tres meses --aunque el nivel de concentración de personal no era el habitual por el teletrabajo-- para ver "si había residuos de la enfermedad", evidenciando que "esto funciona".
De su lado, Matías Loarces ha agradecido la puesta a disposición del laboratorio de Eurocaja Rural para tener un procedimiento de recepción de muestras y cuantificación del SAR-CoV-2, adelantándose incluso a la obligatoriedad fijada en la nueva directiva europea para monitorizar lugares de más de 150.000 habitantes, haciéndolo en poblaciones más pequeñas.