TOLEDO, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha defendido este jueves que la procesión litúrgica de Corpus Christi "no es espectáculo" ni algo "inmaterial" que cambie "según las modas o los gustos". "Es real, es la presencia de Jesucristo que se prolonga por las calles y plazas, que recibe con alegría el pueblo Cristiano".
Así lo ha expresado monseñor Rodríguez durante la homilía que ha pronunciado en la Misa Pontifical que se ha celebrado en la Catedral Primada con motivo del Corpus Christi, oficiada en rito hispano-mozárabe.
"Leo con frecuencia opiniones sobre la solemnidad del Corpus Christi, la aparición de esta fiesta o la procesión, en ocasiones sin aludir a la celebración de la Eucaristía ni de cuál es su peculiaridad", ha lamentado.
ASPECTOS MENOS IMPORTANTES
Bajo su punto de vista, existe "el peligro" de fijar la atención en aspectos "respetables" pero no en los más importantes. "Que si la procesión tiene las características de un desfile cívico-religioso, la tarasca y otros simbolismos, que si la ornamentación de las calles, que si altares o no altares".
"¿Qué sucede entonces con quiénes contemplan a Cristo en la Custodia de Arfe y no tienen fe o la tienen con muchas dudas o con poca comprensión de este misterio?", se ha preguntado Rodríguez, quien ha respondido que "bienvenidos sean, y les pedimos respeto y un corazón abierto a la belleza que siempre es nueva".
En este sentido, el Primado de España ha indicado que la Eucaristía es "un realismo" y que no se trata de "un lenguaje de sociología cultural". "El pan y el vino eucarístico no han de ser considerados como nuevos y comunes alimentos materiales o simbólicos, ya que son el cuerpo y la sangre de Cristo, como afirma el Señor".
SON "PELIGROSOS"
"Pero este alimento y esta bebida son peligrosos", ha apuntado Rodríguez, quien ha explicado que cuando "tomamos este pan y este vino no sucede como cuando nuestro organismo toma alimento del tipo que fuere, nuestro cuerpo lo asimila y forma parte de nosotros, con este pan y este vino cada uno de nosotros es asimilado a Cristo resucitado", ha señalado.
Así, ha indicado que esta operación puede ser "buena o mala para nosotros" y que hay indicadores para ver si esa asimilación a Cristo es "buena o duradera" como que impulsa a ir hacia los pobres, los enfermos y los que necesitan algo vital; o la gracia de sentirse perdonado y dispuesto a perdonar.