TOLEDO, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha manifestado que la Resurrección de Cristo "nos empuja a todos a comprometernos por un mundo mejor, más humano, más fraterno, más solidario, más vivible, más amable", esto es, "a vivir como Cristo nos ha indicado".
Durante la homilía con motivo de la Misa del día de Pascua que se ha celebrado en la Catedral Primada, ha pedido que "nuestras confesiones de fe cristiana y nuestro culto cristiano" se manifiesten finalmente en instituciones, estructuras y relaciones sociales "cristianas" a favor de la vida (en todas sus expresiones) y en contra de la muerte (en sus tantas formas)".
Ha indicado que en la sociedad existen "mil formas de muerte o lo que se ha dado en llamar una cultura de la muerte" y entre esas formas ha enumerado "vicios y evasiones, rupturas en la familia, abortos, inestabilidad económica, difícil acceso a las oportunidades sociales, imposibilidad de alcanzar ideales por falta de recursos económicos, , desempleo, imposibilidad de acceder a la educación y a los sistemas de salud social, vejez desprotegida por los sistemas de seguridad social, soledad o corrupción administrativa, política y gubernamental", entre otras.
En este punto, se ha preguntado si la vida "no transcurre en medio de mil formas de muerte", pues "cada uno de nosotros padece carencias, desea mejores condiciones de vida, tiene la esperanza de días mejores que suponen días de mayor justicia y equidad, días de mayor y más fácil acceso a las oportunidades sociales, tiempos de mayor solidaridad, libertad y fraternidad".
"Todos añoramos el cielo nuevo en la tierra nueva. Diríamos que esta es la esperanza que debería jalonar nuestro presente y que motiva nuestro ser y quehacer cotidiano", ha afirmado.
Por ello, ha proseguido que "la resurrección de Cristo alienta esta esperanza porque alienta la necesidad de mejores sistemas de educación, de vivienda y de salud; mayores niveles de equidad y de justicia, mayor búsqueda del bien común en la administración de justicia y de los dineros públicos".
"Si no logramos aún la construcción de un mundo más humano por lo fraterno y justo, entonces nuestra experiencia religiosa cristiana puede llegar a ser falsa porque es hipócrita, porque la construcción que hacemos de nuestro entorno personal y social contradice los postulados, principios y valores del Evangelio de la Vida de Jesucristo", ha manifestado.