ALBACETE, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
El juicio que se iba a celebrar para este miércoles en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete, en el que se juzgaba a los padres de una niña por un presunto delito continuado de abusos sexuales se ha suspendido, sin fecha nueva, porque no podían comparecer dos de los peritos.
En este proceso, el Ministerio Fiscal pide para el padre 12 años de prisión y para la madre, seis. Además, la Fiscalía reclama que el padre no pueda acercarse a su hija o contactar con ella durante 14 años y la madre durante 8 y que la indemnicen en 50.000 euros, de los que al padre le corresponden 35.000 euros y el resto a la madre.
Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, la víctima, nacida en 1994, convivía con sus padres, y acusados, en su domicilio en Albacete. Desde 2007, cuando la niña tenía 13 años de edad, la madre le decía, en numerosas ocasiones, que se acostara con su padre porque ella "no tenía ganas de hacer nada".
De esta forma, la menor dormía varias veces a la semana en la cama con su padre, mientras su madre pernoctaba en el sofá de la casa.
En esas ocasiones, el padre se colocaba en la cama detrás de su hija y no solo le realizaba tocamientos sino que la desnudaba y mantenía relaciones sexuales completas con ella y, a la mañana siguiente, le decía que no le dijera nada a nadie de lo que pasaba, a lo que la menor accedía por miedo.
La víctima, cuando se producían estos hechos, se hacía la dormida, lloraba y no decía nada a su madre ni tampoco contaba nada a nadie de lo ocurrido.
La madre, afirma el escrito, era consciente de lo que sucedía e incluso en una ocasión sorprendió al acusado con la menor, manoseándola, en el sofá, y a pesar de ello le seguía diciendo a su hija que se fuera a la cama con su padre para que mantuviera relaciones con ella.
Eso, a pesar de que la menor tenía su propia cama en otra habitación y que decía que no quería acostarse con su padre, según relata el representante del Ministerio Fiscal.
Estos incidentes se prolongaron hasta septiembre de 2012, cuando la víctima decidió contarlo a su tía, abandonó el domicilio familiar e interpuso una denuncia.
Como consecuencia de estos hechos, la joven presenta síntomas de estrés postraumático y una moderada sintomatología ansiosa.