Si el líder del partido elige ser vicepresidente tendrá que dejar su escaño para no dar el peso parlamentario a David Llorente
TOLEDO, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, se ha visto legitimado por segunda vez en dos meses --la última fue para imponerse en las primarias-- frente a su compañero de bancada en las Cortes regionales y líder de la corriente más crítica dentro de la formación, David Llorente, y ha conseguido con un sólido 78% el favor de la militancia en la última consulta ciudadana, esta vez para conseguir el visto bueno no sólo a apoyar los presupuestos de Emiliano García-Page en la región, sino a ocupar dos sillones en el Consejo de Gobierno castellano-manchego.
Esta consulta pone punto y final al desencuentro entre el PSOE y Podemos, acentuado el pasado mes de septiembre cuando los morados daban por roto el acuerdo de investidura por el cual Emiliano García-Page se convertía en presidente de Castilla-La Mancha a pesar haber cosechado un diputado menos que el PP en la última cita electoral.
El divorcio entre García Molina y García-Page se terminaba de escenificar el pasado 7 de abril con el voto en contra por sorpresa al Proyecto de Ley de Presupuestos planteado por el Ejecutivo. Ahora la decisión de las bases endereza el acuerdo presupuestario con el horizonte puesto en el 31 de agosto, fecha previsible de aprobación final de un Proyecto de Ley que casi se solapará con el trámite del texto normativo del próximo año.
LA DISYUNTIVA DE LA VICEPRESIDENCIA
Con el visto bueno de la militancia, ahora toca formalizar la entrada al Ejecutivo castellano-manchego de hasta dos miembros de la formación morada. Será la primera vez que Podemos se sienta en un Gobierno a nivel autonómico, un extremo que la dirección estatal del partido se ha apresurado a calificar como "un ensayo" ante futuros acuerdos a otros niveles.
El ofrecimiento de García-Page pasa por una Consejería que se encargue de gestionar el Plan de Garantías Ciudadanas ideado por Podemos y amparado en los presupuestos que entrarán en vigor próximamente, una estrategia dotada con cerca de 120 millones de euros para intentar garantizar rentas, suministros y vivienda a quienes más lo necesiten.
Todo apunta a que será la 'número dos' del partido en la región, María Díaz, quien podría asumir esta competencia --ha estado presente en la ronda de negociaciones en la que cristalizó el acuerdo--; pero en el caso de que el propio García Molina asumiera finalmente la Vicepresidencia, estaría en la obligación de dejar su cargo como vicepresidente del Parlamento castellano-manchego.
Aquí se abre la disyuntiva para el líder de la formación, ya que si se convierte en vicepresidente del Gobierno autonómico no podría participar en los debates parlamentarios como diputado regional, dejando todo el peso a su compañero de bancada pero rival en lo orgánico David Llorente.
La alternativa si quiere ocuparse de la nueva Vicepresidencia es dejar su escaño en el Parlamento y la siguiente de la lista es la propia María Díaz, de manera que si ambos acceden finalmente al Gobierno autonómico tendrían que dejar paso a que otro miembro de la candidatura por Toledo de hace dos años ocupe el asiento en el Convento de San Gil.
Los siguientes en la lista son Fernando Ustarroz, miembro de Ganemos Talavera; Cecilia Redondo Calabuig, madrileña de nacimiento pero perteneciente al Círculo de Podemos en Seseña; Santos Jerónimo, que también fue candidato en las primarias de Ganemos Talavera; Sayla Gutiérrez; y José Manuel Perujo, miembro activo del Consejo Ciudadano y responsable de las áreas de Educación, Cultura y Memoria Democrática.
MEJORAS EN LOS PRESUPUESTOS
Con la maniobra de García-Page de dar entrada al Gobierno a Podemos apaciguó la amenaza de un posible adelanto electoral en Castilla-La Mancha consiguiendo desbloquear la negociación presupuestaria.
Para encontrar el favor de Podemos en esta nueva tramitación, dio cabida, en el nuevo Proyecto de Ley que ahora tendrán que habilitar las Cortes, a varias de las enmiendas que Podemos presentó en el último proceso y que en su día fueron rechazadas por los socialistas, todas ellas por un valor cercano a los 60 millones de euros.
De este modo, Podemos logró colar en el nuevo texto 2,5 millones más para retirar los residuos de amianto en el barrio del Polígono de Toledo; incrementar la partida destinada a agricultores ecológicos; garantizar que el próximo curso los profesores interinos que trabajen más de cinco meses y medio vuelvan a cobrar los meses de verano; o una partida económica superior a los cinco millones para ciudades en declive económico.