CUENCA, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Castilla-La Mancha aprobará esta semana la declaración del Belén Viviente de Vega del Codorno como Bien de Interés Cultural con la categoría de Bien Inmaterial.
Así lo ha avanzado la delegada provincial de la Junta, Marian López, en una visita al municipio junto a su alcalde, Rodrigo Molina, para interesarse por los preparativos de la edición de este año 2024, que se celebrará el próximo sábado 21 de diciembre en la emblemática Cueva del Nacimiento, donde ya está todo dispuesto, según ha informado la Junta en nota de prensa.
López ha asegurado que esta declaración de BIC "es un reconocimiento del Gobierno regional al valor patrimonial de una manifestación de la cultura popular y tradicional en la que participa activamente todo un pueblo desde hace casi sesenta años, por lo que existe un sentimiento de pertenencia que hace que sea seña de identidad y elemento de unión para sus vecinos y vecinas".
Es por ello que López ha querido felicitar a todos los vegueros y vegueras que desde el año 1967 han trabajado dar continuidad a esta representación, implicando a abuelos, padres e hijos que hoy participan juntos en la representación".
La delegada provincial de la Junta también ha señalado que el Belén Viviente de Vega del Codorno se ha convertido en un polo de atracción importante desde el punto de vista turístico, ya que cada año es más conocido fuera de la provincia de Cuenca".
"Valores que se verán reforzados con esta declaración, cuyo objetivo no es otro que promover, difundir y salvaguardar esta manifestación cultura tan singular", ha opinado.
La representación del Belén Viviente de Vega del Codorno se lleva a cabo desde 1967, en la tarde-noche del sábado anterior a la Nochebuena, en una oquedad natural situada en el escarpe del valle del río Cuervo denominada 'Cueva del Nacimiento'. En ella participan activamente vecinos y vecinas de todas las edades procedentes de los nueve barrios que conforman el municipio de Vega del Codorno.
La representación va precedida de una celebración eucarística que representa en misterio de la Natividad en siete actos, tal y como aparece reflejado en los textos evangélicos. Al terminar, es tradición que el Ayuntamiento ofrezca a todos los asistentes patatas asadas y vino.