TOLEDO, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a N.G.E., la mujer acusada por haber entrado en la vivienda de su exmarido en Seseña Viejo y acuchillarle hasta la muerte mientras este se encontraba con su pareja en 2020, a 14 años de prisión por homicidio.
Así consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que el tribunal ha tenido en cuenta que el Ministerio Fiscal rebajara de 23 a 14 años su petición de pena para la procesada, tras admitir los hechos en el juicio con jurado popular que se celebró el pasado mes de noviembre.
Tras la confesión de la inculpada, la representante de la Fiscalía modificó la calificación jurídica de los hechos, pasando de asesinato con alevosía a homicidio, aplicando además la atenuante de reparación de daño.
HECHOS PROBADOS
En este sentido, y en consonancia con el veredicto de culpabilidad emitido por el jurado popular, la Audiencia toledana considera como hechos probados que la víctima, poco antes de las 9.00 horas del 26 de noviembre de 2020 y tras haber pasado la noche con su pareja en su domicilio de Seseña Viejo, mantuvo varias conversaciones telefónicas con la que fuera su esposa y de la que se había divorciado años antes.
Conversaciones que derivaron en una discusión entre ambos porque la acusada le recriminaba que las hijas menores habían sido llevadas al colegio por el chófer de J.R.M. en lugar de por éste, como la acusada entendía que debía hacer.
Relata que mientras J.R.M. y su pareja se vestían para iniciar una nueva jornada, éste advirtió desde la ventana de su dormitorio que en el exterior de chalé se encontraba la acusada, anunciando a su pareja que presumiblemente provocaría un altercado, como ya había hecho en ocasiones anteriores.
La procesas, aprovechando que disponía de una llave de la vivienda que le había cedido J.R.M., accedió a la misma y se dirigió directamente al dormitorio donde se encontraban J.R.M. y D.A.P.C., abriendo la puerta del mismo para, al encontrarse con su exmarido, recriminarle nuevamente que no hubiera llevado a las niñas al colegio, al tiempo que se percató de la presencia en el dormitorio de D.A.P.C.
A pesar de que J.R.M. la instó a que se marchara, la acusada, según la sentencia, se abalanzó sobre la pareja de su exmarido tirándola del pelo, ante lo que J.R.M. reaccionó tratando de separarla, momento en el que la acusada se lanzó sobre su cuello mordiéndole hasta que pudo sacarla del dormitorio y cerrar la puerta con el cerrojo para impedir que pudiera entrar.
CON DOS CUCHILLOS
La ahora condenada, no obstante, golpeó la puerta con tanta intensidad que logró romper el cerrojo hasta que J.R.M. y su pareja sentimental, creyendo que ya se había marchado, continuaron en el dormitorio vistiéndose, si bien la procesada, en lugar de abandonar el domicilio, se dirigió a la cocina del inmueble de donde cogió dos cuchillo de varios centímetros de hoja "afilada y punzante".
Según reza la sentencia, subió hasta el dormitorio portando uno en cada mano e irrumpió en el mismo diciéndole a J.R.M. que le iba a matar, ante lo que la pareja de su exmarido reaccionó cogiendo dos almohadas, una de las cuales entregó a la víctima, al tiempo que ambos pedían a la acusada que se calmara.
Pese a ello, el fallo indica que la procesada se abalanzó sobre su exmarido con los cuchillos, alcanzándole en la zona del cuello --seccionando la arteria carótida externa distal y la vena yugular interna ipsilateral, provocando la disección postraumática de la arteria vertebral--, continuando en su acometimiento hasta que J.R.M. logró salir del dormitorio mientras D.A.P.C., quién salió tras él, sujetaba la puerta para evitar que la acusada continuara en el ataque.
Lograron así abandonar el inmueble y trasladarse en un vehículo particular de un vecino hasta un centro médico, mientras la actual pareja de la víctima trataba sin éxito de evitar "la pérdida masiva" de sangre taponando la herida del cuello incluso con sus propias manos.
La acusada, tras estos hechos, salió de la vivienda, dirigiéndose primero al jardín donde procedió a esconder los dos cuchillos utilizados dentro del agua de una fuente, y después cogió su vehículo para seguir el coche en el que J.R.M. era trasladado hasta un centro médico.
J.R.M. fue trasladado primero al Hospital Universitario del Tajo de Aranjuez, si bien la gravedad de las heridas que presentaba provocó su traslado al Hospital Doce de Octubre de Madrid, donde tras se atendido finalmente falleció a las 16.25 horas del 2 de diciembre de 2020.