CUENCA, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
La periodista Corina Miranda, quien fuera compañera del reportero Ricardo Ortega en Antena 3 y ahora periodista de la sección de Internacional en el servicio de informativos de Castilla-La Mancha Media, recuerda al conquense asesinado hace 20 años como alguien que "no dejaba indiferente a nadie, ni en persona, ni en pantalla".
Es recordado por su trabajo, "tanto en la corresponsalía de Moscú como en la de Nueva York", así como por sus "excelentes coberturas de guerra" pese a haber llegado a la profesión "por accidente y sin pretenderlo", tal y como relata a Europa Press.
Un corresponsal "todoterreno", que "lo mismo hacía una crónica de un concierto de los Rolling Stones en Nueva York que la crónica del caso del 'balserito' Elián", su primer trabajo en la ciudad que nunca duerme.
Un trabajo que le llevó más allá de relatar la caída de las Torres Gemelas el 11 de septiembre, preludio de su trabajo sobre el terreno en Afganistán narrando la posterior incursión norteamericana contra los talibán.
Y todo ello con una "capacidad de comunicación y un estilo propio muy agudo", propio de una "persona brillante y trabajadora". "No había tema o cobertura que no se preparara a conciencia. Siempre estaba olisqueando, hablando con unos y con otros, y tenía muy buena agenda, con un largo listado de informantes 'off the record', desde el KGB hasta analistas de la CIA, profesores, diplomáticos o políticos".
Una persona "inquieta, con avidez por comprender la vida, por contarla y por traducirla" que ha dejado "un enorme vacío" en la profesión.
Miranda lamenta el "largo proceso" de familia y amigos para lograr esclarecer "las circunstancias de su asesinato, porque fue un asesinato accidental, y no en una manifestación como aún dicen algunos medios 20 años después".
Sus compañeros de pluma no han dejado de intentar "que su legado quedara para otras generaciones", algo que se plasmó en el libro sobre su figura editado por la Asociación de la Prensa de Madrid, recogiendo todas sus crónicas. "Ha dejado una enorme huella en esta profesión y el reporterismo que él hacía brilla por su ausencia en televisión", asegura, algo que achaca también a la evolución en las maneras de consumir información.
Ricardo, además, "tuvo la suerte y la responsabilidad de cubrir grandes acontecimientos que cambiaron la historia del siglo XX", desde la descomposición de la Unión Soviética hasta la guerra de Chechenia, "un precalentamiento de lo que se vive hoy en Ucrania". Todo ello, "cubierto con maestría".
"Tenía una gran capacidad de palabra, de explicar cosas complejas con frases muy simples, y esto es un don natural. Aprendió rapidísimo a tener su propio estilo", ha rememorado.
AHORA ESTARÍA EN UCRANIA
Corina Miranda no tiene duda de que, de seguir micrófono en mano en 2024, Ricardo estaría en Ucrania y Rusia para aportar su punto de vista de un conflicto que cumple dos años. "Nadie mejor que él, que hablaba un ruso perfecto, que se mimetizaba con la gente".
De seguir ejerciendo, "estaría intentando hacer su trabajo lo mejor posible, con su rigor y auto exigencia, con un trabajo limpio y bueno".
SIN VERSIÓN DEFINITIVA
La periodista lamenta y comparte "la gran pena" de la familia de Ricardo Ortega, que es la de "no tener una versión definitiva de cómo fue asesinado", si bien tienen claro y dan por demostrado que "no murió en una manifestación", y sí en un callejón al lado de su casa.
Según su relato, Ricardo acudió a ayudar a un fotógrafo herido y llamó pidiendo ayuda a la Embajada de Estados Unidos, mientras grababa en todo momento lo que estaba pasando. "Grabó su propia bala, la bala que acabó con su vida".
"Ricardo, herido, escuchó el ruido de los blindados americanos y pensó: 'Ya están aquí'. Estaba seguro de que eran ellos y salió grabando. Pero los norteamericanos disparan antes y preguntan después", indica.
Rememora en este punto que la justicia haitiana "llegó a la conclusión, tras investigar lo sucedido, de que Ricardo había muerto por disparos de las tropas extranjeras".