CUENCA, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
Rocío Márquez y Bronquio protagonizaron este viernes en El Parador uno de los conciertos más esperados de esta edición de Estival Cuenca. Tanto su disco, Tercer Cielo, como el directo venían avalados por la crítica, lo que vaticinaba el éxito de una velada que superó incluso las expectativas por el marco de esta actuación, con las Casas Colgadas como fondo de pantalla.
La arriesgadísima apuesta de la artista onubense, amante de las emociones fuertes, recibió una gran acogida por un público de todas las edades, desde los más jóvenes que se animaron a bailar en el exterior del antiguo convento de San Pablo como los más mayores que se sorprendieron por esa excitante combinación de música electrónica y flamenco.
Era la tercera vez que Rocío Márquez se subía al escenario de Estival Cuenca, las dos anteriores en un formato de cante más tradicional. En esta ocasión, además de exhibirse con su espectacular voz, demostró unas dotes escénicas notables y, de vez en cuando, se dejaba llevar y bailaba desatada con las bases de su compañero de aventura musical, unas veces concebidas con funciones atmosféricas y otras como cascada sonora.
Los juegos de luces tienen también mucha importancia en un espectáculo que trasciende en ocasiones la música para adentrarse en lo teatral y en el que las canciones se sobreponen una con otra, con múltiples ingredientes experimentales pero sin abandonar, aunque pueda parecer increíble, los palos tradicionales del flamenco. Un enorme ejercicio de libertad creativa que el público de Estival agradeció con la larga ovación de que ha sido la última actuación que el festival celebra este año en el escenario Solán de Cabras del Parador Cuenca.
Antes de la actuación de Rocío Márquez tocaron los taranconeros Zas Candil, unos habituales de Estival que hicieron bailar a la gente con su reinterpretación de la música folclórica de las tierras de Cuenca.