Fetcam prevé que la huelga en Cataluña hará perder un millón de euros a 2.000 transportistas

Piden por carta a José García Molina que "no apoye posturas tendentes a romper la unidad política del país"

TOLEDO, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Federación de Empresarios de Transporte de Castilla-La Mancha (Fetcam) ha estimado que en torno a 2.000 vehículos de transportistas castellano-manchegos pueden verse afectados por los parones convocados en Cataluña en el marco de una huelga "ilegal" convocada por un sindicato minoritario en el marco del conflicto independentista.

Según han informado en un comunicado, las pérdidas pueden oscilar entre los 500 y los mil euros para cada vehículo, razón por la cual no descartan emprender acciones "contra los responsables de estas acciones ilegales, dado que el sector del transporte y cualquier otro sector industrial no tienen por qué sufrir el acoso de grupos que actúan en contra de la ley".

"No es de recibo atacar nuestras ya maltrechas economías, sin poder cumplir con nuestra obligación y derecho a trabajar con libertad y seguridad. El sector del transporte es un puente que une no sólo productos y países sino educación, cultura y otros muchos valores, actuando como vehículo de cohesión", añade la patronal del transporte.

CARTA A GARCÍA MOLINA

Además, desde Fetcam se ha enviado una carta de "protesta" al vicepresidente segundo del Gobierno autonómico, José García Molina (Podemos), a quien le pide que, "como castellano-manchego --de residencia, que no de nacimiento--, no apoye posturas tendentes a romper la unidad política, territorial y económica del país, en en caso de hacerlo, mida el daño que puede ocasionar".

"Ha de ser consciente de que los accidentes políticos ante los cuales saben sobreponerse los espíritus fuertes, se convierten posteriormente en catástrofes irreparables para los débiles", añade la carta.

Del mismo modo, en esta carta, firmada por el presidente de Fetcam, Carlos Marín de la Rubia, la patronal quiere "dejar constancia" de su "profundo malestar" con la actitud de García Molina, "con la esperanza de que el daño que se ha producido con opiniones como la suya no vuelva a repetirse en futuras ocasiones".