Defienden que la filosofía puede ayudar a los adolescentes a distinguir información verdadera de los bulos o las "fake news"
TOLEDO, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad de Filosofía de Castilla-La Mancha considera que la crisis provocada por el coronavirus no tiene únicamente impacto en lo sanitario, en lo económico, lo ecológico, lo social o lo convivencial, pues también afecta a lo ético y a lo axiológico. De ahí que defienda que reducirlo a una sola de sus dimensiones podría ser un error "muy serio" la hora de abordarlo.
Así lo ha indicado el secretario de dicha Sociedad, Andrés Carmona, que cree que una vez se haya atajado lo más urgente, que pasa por "aplanar" la curva de contagios, en un contexto más tranquilo la filosofía tendrá que aportar su perspectiva crítica y global para favorecer un aprendizaje de todo lo que ha pasado y poder sacar conclusiones acertadas.
Sobre lo que puede aportar la filosofía en el abordaje de la pandemia, Carmona ha defendido que al ser un saber de segundo grado, que se alimenta de otros de primer grado como la economía, la psicología o la sociología, tarda en ofrecer resultados y no sirve para enfrentar objetivos inmediatos, sino más bien a largo plazo.
"Normalmente la filosofía tiende a generar dudas para estimular el pensamiento, y no a dar soluciones. Su labor es crítica, y eso lleva su tiempo. Ahora, lo urgente es aplanar la curva, descongestionar los hospitales y salvar el mayor número de vidas y después, cuando tengamos información más fiable y un contexto más tranquilo, la filosofía podrá aportar su perspectiva crítica y global para poder aprender de todo lo que ha pasado y poder sacar conclusiones acertadas", ha reiterado.
Preguntado sobre sí la filosofía puede aplacar las emociones de miedo, ansiedad o angustia que están aflorando con el coronavirus, luego de precisar que dichas emociones, cuando pasan de ciertos límites deben ser tratadas desde la Psicología en caso necesario, ha recordado que hay filosofías muy antiguas, como las helenísticas, con más de dos milenios de antigüedad, cuyo objetivo era precisamente enseñar a convivir con esas emociones o, más bien, a controlarlas y manejarlas adecuadamente.
En este punto, Carmona se ha referido al estoicismo, cuyo objetivo era la ataraxia o imperturbabilidad pasara lo que pasara, incluso las peores desgracias, "como las que ahora mismo estamos sufriendo".
"Séneca, Epicteto o el mismísimo emperador Marco Aurelio fueron grandes filósofos estoicos. Hay un libro de divulgación muy ameno, 'Érase una vez: Una historia alternativa de la felicidad' de Derren Browm, que explica muy bien el estoicismo y lo pone al día y que ahora podría ser útil", ha aconsejado.
CONFINAMIENTO, EXPERIMENTO SOCIAL
Sobre si el COVID-19 ofrece una oportunidad para repensar el modelo, el representante de la Sociedad de Filosofía considera "erróneo" el deseo común de que, tras el levantamiento del estado de alarma y controlada la pandemia, "todo vuelva a ser como antes".
"Sí ha pasado lo que ha pasado es porque antes había cosas que estábamos haciendo mal, por eso no todo tiene que ser igual que antes. Debemos repensar el modelo de mundo en el que vivimos y en el que queremos vivir a partir de ahora, sobre todo, porque el coronavirus nos ha mostrado hasta qué punto somos vulnerables y que los verdaderos problemas hoy día no son locales sino globales, y no solucionan con más fronteras sino con solidaridad cosmopolita".
Dicho esto, ha añadido que el confinamiento masivo es un "inmenso experimento social", que se puede medir empíricamente y que tiene grandes consecuencias para la filosofía, la psicología, la sociología, la economía y multitud de otras ciencias. "También debe tenerlas para la vida de las personas y para las políticas sociales, económicas y ecológicas".
Sobre ecología, Carmona se ha referido a cómo el confinamiento está permitiendo comprobar de forma empírica el impacto que la acción humana tiene sobre el medio ambiente, que "está viviendo unos días paradisíacos".
"Pero, cuando termine el confinamiento, ¿volveremos a lo mismo de antes?. Los expertos en cambio climático ya nos venían advirtiendo de que el calentamiento global, si no se frena, no solo produce tsunamis, sequías y otras calamidades, sino también pandemias".
SOLIDARIDAD Y EMPATÍA
En cuanto a los valores o autores se pueden rescatar o aplicar en la situación actual, el también profesor de Filosofía considera que algunos de los más importantes son la solidaridad y la empatía.
"Occidente está padeciendo una pandemia con muchos recursos para afrontarla y aun así está siendo gravísima y nos está superando. Eso debería hacer que nos pusiéramos en la piel de los habitantes de los países más pobres que padecen pandemias cada poco tiempo y las afrontan con casi nada. Si después de todo esto todo vuelve a ser como antes, entonces es que no habremos aprendido nada. La filosofía tiene que hacer algo para que no sea así", ha apostillado.
No obstante, cree que no hace falta ir tan lejos para aumentar la empatía y solidaridad, pues en cada municipio y ciudad también hay muchas familias a las que el confinamiento y el virus les vuelve más vulnerables.
FILOSOFÍA Y JÓVENES
Por último, Carmona, que enseña Filosofía en el IES Hermógenes Rodríguez de Herencia (Ciudad Real), ha añadido que aplicada a jóvenes y estudiantes, la filosofía puede enseñarles a poner en práctica el pensamiento abstracto que, partiendo de los saberes empíricos e inmediatos, trasciende hacia una perspectiva más global.
"Esto les permite cuestionar las cosas tal como se presentan e intentar mirar más allá de lo inmediato y con mayor amplitud de miras. Les puede ayudar a ser críticos con la información que reciben y a saber manejarla, a distinguir la verdadera información, del ruido mediático, los bulos o las 'fake news' que se han multiplicado con todo esto del coronavirus", ha concluido.