MADRID/TOLEDO 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno defiende el consumo y cultivo de maíz transgénico en España porque dice que, según últimos estudios, no se derivan daños ni para la salud de las personas ni para el medio ambiente, según se desprende de una respuesta parlamentaria al diputado de UPyD, Toni Cantó, sobre el fomento del cultivo de este organismo genéticamente modificado.
En la respuesta parlamentaria, recogida por Europa Press, el Ejecutivo argumenta que, sobre el maíz 'MON810', maíz transgénico que se cultiva y consume principalmente en España, el Departamento de Medio Ambiente realiza un programa de seguimiento del cultivo, en colaboración con científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), desde hace 12 años.
Eso sí, el Gobierno puntualiza al mismo tiempo que no realiza ninguna acción específica dirigida a fomentar el cultivo de productos modificados genéticamente, sino que cumple "estrictamente" lo que establece la normativa comunitaria, al permitir tanto su consumo como cultivo.
NORMA SOBRE COEXISTENCIA
Por último, recalca que, en la actualidad, está valorando la posibilidad de desarrollar una norma sobre coexistencia en España. Así, especifica que el proyecto de norma contendría la existencia de una parte general, con normas sobre coexistencia que puedan aplicarse a cualquier cultivo modificado genéticamente autorizado.
Por otra parte, recogería unas medidas específicas para cada uno de los cultivos autorizados (actualmente sólo se contemplarían medidas de coexistencia para el maíz y la patata, por ser los dos únicos cultivos autorizados a nivel comunitario).
El maíz modificado genéticamente MON810 es el único evento que se cultiva en España y está autorizado a nivel comunitario. Por tanto es una opción que el agricultor puede utilizar una vez haya valorado los beneficios que le reporta este tipo de maíz y los costes que conlleva su utilización, según señala el Gobierno.
En la práctica, el uso de variedades de maíz modificado genéticamente en España se encuentra muy extendido entre los agricultores en el Valle del Ebro (Aragón, Cataluña y Navarra) y en ciertas zonas de Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha, donde el taladro, plaga a la que es resistente este tipo de maíz, tiene una gran incidencia.
Para que pueda autorizarse un nuevo producto modificado genéticamente en la Unión Europea, tanto para cultivo, como para importación y procesado, El Ejecutivo explica que se tiene en cuenta toda la bibliografía científica disponible, además de otros estudios realizados por la propia empresa dueña del evento.
Además, el Ejecutivo señala que todo ello es analizado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que finalmente emite un informe de evaluación de riesgos para las personas, animales y el medio ambiente. Desde España, la Comisión Nacional de Bioseguridad es el órgano encargado de colaborar con la EFSA en el análisis de la información científica.
ESPAÑA, EL MAYOR PRODUCTOR DE LA UE
No obstante, organizaciones ecologistas, como Greenpeace, defienden que los daños para la salud de este maíz transgénico no han sido suficientemente evaluados.
Igualmente, indican que España, además de ser el país de la UE donde más plantas transgénicas se cultivan a escala comercial es también el país de la UE con mayor número de cultivos experimentales al aire libre.
El pasado mes de junio, el Gobierno ya defendió el consumo de maíz transgénico en otra respuesta parlamentaria a la diputada de ICV, Laia Ortiz, donde afirmó que el maíz modificado genéticamente es "una opción más respetuosa con el medio ambiente que el maíz convencional". En esa respuesta también añadió que durante 15 años cultivando estas variedades "no se han producido incidentes de ningún tipo".