El Ejecutivo manchego ejercerá finalmente la acusación popular al residir la víctima en Ciudad Real y celebrarse la vista en esa ciudad
SANTANDER/TOLEDO, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Castilla-La Mancha se ha adherido a la petición de la Fiscalía de Ciudad Real para el hombre residente en esa provincia acusado de matar a su pareja en Santander, cuyos restos aparecieron en bolsas de plástico en septiembre 2020.
Así, el Ejecutivo manchego, que ejerce la acusación popular en la causa, también pide 25 años de cárcel por asesinato, ocho más por aborto (la víctima estaba embarazada) y seis meses por profanación de cadáver.
Inicialmente, el Gobierno cántabro anunció que iba a personarse en el proceso, pero al ubicarse el domicilio habitual de la fallecida en Almagro y al celebrarse el juicio en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, finalmente lo hará el de Castilla-La Mancha, según han explicado desde ambas administraciones a Europa Press.
La vista arrancará el 28 de octubre con la designación de los miembros del tribunal del jurado y se desarrollará en noviembre durante once sesiones: en concreto, los días 7, 8, 9, 10, 11, 14, 15, 16, 17, 18 y 21, aunque se habilitarán las jornadas que sea necesario para su conclusión, según fuentes judiciales.
La víctima, natural de Guatemala, tenía 28 años en el momento de su desaparición, la misma que tenía entonces el sospechoso, de nacionalidad colombiana y en prisión provisional desde poco después del hallazgo.
De cara al plenario, el ministerio público reclama más de 33 años de cárcel al procesado por un delito de asesinato -25 años-; otro de aborto -ocho años más-; y un tercero de profanación de cadáveres, por el que pide cinco meses en su escrito de acusación provisional.
HALLAZGO EN SANTANDER
El hallazgo de los restos humanos, desmembrados y en avanzado estado de composición, se produjo en la zona de la Peña del Cuervo de Santander el día 17 de septiembre 2020, en el marco de una investigación de la Policía Nacional que arrancó el 26 de agosto al recibirse una denuncia de los hermanos de la chica en la Comisaría de Ciudad Real.
Entonces, los familiares apuntaban ya como sospechoso a su pareja, que contaba con antecedentes por violencia de género y otros delitos. Según esa denuncia, ambos residían en la citada provincia de Castilla-La Mancha, si bien podrían encontrarse en Santander, localidad a la que se habrían desplazado para pasar unos días.
Las pesquisas determinaron que la pareja había alquilado un piso en una zona próxima a las Estaciones, en el centro de la ciudad y muy cerca de donde se encontraron los restos. A ella se le perdió la pista el 20 de agosto, mientras que él había sido visto solo por varios testigos en días posteriores.
En la inspección ocular del domicilio donde había convivido la pareja en la capital cántabra -y en la que ya no residía el hombre- la Policía halló diversos vestigios -abundantes restos de sangre- que apuntaban a la posibilidad de comisión de un hecho violento.
Ante las evidencias de que el escenario del fatal desenlace era el piso de Santander, donde se habría producido la agresión, se inició la búsqueda del cuerpo rastreando distintos lugares, como el sistema de residuos urbanos, el mar y distintos parajes de la ciudad. Finalmente, los restos fueron hallados en el interior de bolsas en una zona de vegetación en las inmediaciones de la vivienda.
El sospechoso fue detenido por un presunto delito de violencia de género el 27 de agosto en Madrid, en la Comisaría de Distrito Centro a la que acudió a interponer una denuncia por la desaparición de la joven. Tras pasar a disposición judicial fue enviado a la prisión de Soto del Real.