CIUDAD REAL, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Iberdrola desarrollará un proyecto de iluminación de las ruinas de los molinos históricos y la cueva silo de Campo de Criptana, que aplicará una instalación de proyectores que emplea un sistema de control remoto sobre Bluetooth Low Energy (BLE), el estándar de comunicación inalámbrica más avanzado, y que permitirá aprovechar todo el potencial de la instalación de la iluminación.
Esta actuación, valorada en 18.600 euros, es "una muestra más del compromiso de Iberdrola con Castilla-La Mancha y de su propósito permanente de promover el valor social de la cultura y conservación del patrimonio histórico-artístico de la región".
Este viernes ha quedado suscrito un acuerdo en el municipio castellanomanchego por parte del alcalde de Campo de Criptana, Santiago Lázaro y el director de la Fundación Iberdrola España, Ramón Castresana, en presencia del delegado de Iberdrola en Castilla-La Mancha, Javier Nicolás y el presidente de la Fundación Iberdrola España, Fernando García Sánchez.
La actuación permitirá poner en valor los restos tras su limpieza y consolidación y favorecerá su integración en el horizonte de la Sierra, ha informado Iberdrola en nota de prensa.
ICONO MANCHEGO
Los molinos de viento son uno de los iconos de Castilla La Mancha y los de Campo de Criptana se conocen como molinos de "torre", construidos en mampostería y blanqueados con cal.
Su planta circular, con un grueso muro, soporta una cubierta de estructura de madera a veces cubierta de cinc y en los más antiguos de madera, de forma que se pueda orientar al viento.
Del total de diez del conjunto destacan tres de ellos (Infanto, Burleta y Sardinero), únicos molinos en España que conservan la estructura y maquinaria original del siglo XVI.
La cueva-silo, situada junto al Molino Infanto del siglo XVI, sigue las directrices de la construcción del Molino, con gruesos muros de mampostería laterales y una bóveda circular.
El acceso al silo permitía el paso pequeñas caballerías (mulas o asnos) a un pequeño pesebre y permitía el almacenaje de trigo de los molineros, con el paso del tiempo empleado también como viviendas.
Su tratamiento exterior con cal viva protegía los muros de las inclemencias meteorológicas (agua, nieve, viento).