TOLEDO, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores del Centro Regional de Investigaciones Biomédicas (CRIB) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y del Hospital Universitario de Albacete (CHUA), han descubierto cómo la combinación de inhibidores de dos moléculas, Auroras Kinasas y CHEK1 aumenta la muerte de las células tumorales, afectando también a la población de células "madre" o iniciadoras de tumores.
Además, según se desprende de la investigación, la combinación de estos inhibidores con fármacos quimioterápicos usados en el tratamiento actual del cáncer de ovario, como los taxanos y los compuestos de platino, aumenta la respuesta del tumor al tratamiento. Dicho estudio ha sido publicado en la revista Molecular Cancer Therapeutics (EEUU), según ha informado en nota de prensa la universidad.
Este trabajo, firmado por Ana Alcaraz como primera autora, también prueba que altos niveles de dos genes, AURKA y CHEK1, en tumores de pacientes de ovario correlacionan con una peor evolución de la enfermedad y una menor supervivencia.
"Estos dos genes se encuentran también amplificados en cáncer de ovario, lo que apoya su potencial como dianas terapéuticas en estos tumores", han indicado los investigadores, a la vez que sostienen que los resultados del estudio apuntan a AURKA y CHEK1 como biomarcadores potenciales en cáncer de ovario y abren además la puerta a una nueva opción terapéutica para los tumores ginecológicos.
La investigación ha sido dirigida por el doctor Alberto Ocaña, médico oncólogo del CHUA e investigador del grupo 'Oncología Traslacional' del CRIB, y se ha llevado a cabo en colaboración con investigadores del grupo de 'Fisiología y Dinámica Celular' del CRIB, dirigido por el profesor de la UCLM Juan Llopis, y del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, en colaboración con el Doctor Atanasio Pandiella.
Este estudio se ha llevado a cabo gracias a financiación de entidades como: la Asociación Costuras en la Piel en Apoyo a la Unidad de Investigación de Cáncer en Albacete -ACEPAIN-; la Fundación CRIS CANCER, de Madrid) y la Diputación de Albacete, además de otras instituciones como: el Instituto de Salud Carlos III; el Centro de Investigación Biomédica en Cáncer -CIBERONC- y la Universidad de Castilla-La Mancha.