TOLEDO, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
El periodista Miguel González, en un pasaje de su obra 'Vox SA. El negocio del patriotismo español', cita el caso de la destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos al frente de la Comandancia de Madrdid tras haber mandado en Cataluña el operativo policial contra el referéndum del 1 de octubre.
Según explica en uno de sus capítulos, en ese contexto la popularidad de Abascal entre los policías y guardias civiles de base "era importante pero, para influir de verdad en los Cuerpos de Seguridad, Abascal necesitaba ganarse el favor de inspectores, comisarios, oficiales y generales".
Aquella destitución, asegura el escritor, "provocó una quiebra en la cúpula del instituto armado" que terminó con las dimisiones de los generales Laurentino Ceña y Fernando Santafé, números dos y tres de la Guardia Civil, extremo por el que "intentó colarse Vox".
Tal y como aparece en el relato, el 31 de marzo de 2021, el juez de la Audiencia Nacional Celestino Salgado había declarado ilegal el cese de Pérez de los Cobos, algo que desde Interior se justificó alegando pérdida de confianza "tras filtrarse datos de un informe sobre las manifestaciones del Día de la Mujer de 2020 en Madrid y su supuesta relación con la expansión de la pandemia".
"Al igual que el PP y Ciudadanos, Abascal pidió la dimisión o el cese inmediato de Marlaska, aunque la sentencia no fuese todavía firme, pero no se contentó con eso". Solo 48 horas después del fallo, añade el libro, el coronel Pérez de los Cobos se reunía en un cigarral de Toledo con los dirigentes de Vox Ortega Smith y Manuel Mariscal; con el líder del partido en la provincia toledana, Daniel Arias; y con el exsecretario general de Fuerza Nueva y de la Fundación Francisco Franco, Ricardo Alba.
Poco después, el 5 de abril, "Vox presentó una querella en el Supremo en la que acusaba al ministro del Interior de los delitos de obstrucción a la Justicia y prevaricación", querella que "se basaba en que, según el juez Salgado, la destitución de Pérez de los Cobos había supuesto una desviación de poder".
"Cinco meses después, la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional estimaba el recurso de Interior y resolvía lo contrario, que la destitución del coronel había sido legal y justificada, revocando la decisión del juez Salgado", recuerda González, quien agrega que el 8 de octubre el Tribunal Supremo terminaba por inadmitir la querella de Vox.
En virtud de la premisa del periodista, el litigio o fue inútil, ya que a Vox le sirvió "para ganarse el favor de altos mandos de la Guardia Civil que simpatizaban con el coronel".