GUADALAJARA, 24 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las seis monjas que quedan en clausura en el convento cisterciense Santa Ana de Brihuega (Guadalajara) tienen "toda la casa" adornada de decenas de belenes estos días navideños, muchos de ellos confeccionados por ellas mismas, y para Nochebuena abandonarán un rato su voto de silencio para cantar villancicos y tomar turrones, polvorones, y hasta algún "vinillo dulce".
Esto es lo que ha señalado la madre abadesa, Sor Isabel, a Europa Press, para quien lo importante es que todas estén juntas estos días; ahora solo quedan seis en el convento; ella es la más joven y tiene 70 años y la mayor, Sor María Socorro, tiene ya 97 y estos días ha sufrido una fisura de pelvis.
Pero "gracias a Dios, estamos muy contentas porque vamos a estar todas aquí, en casa, y eso es lo principal", ha señalado Sor Isabel pese a reconocer que esta Navidad será un poquito más complicada ya que Sor María Socorro tendrá que pasarla en cama; sin embargo, cuentan con la ayuda incondicional de Uge y Alicia, dos vecinas de Brihuega que las ayudan en todo lo que pueden.
Su Nochebuena es algo diferente a la del resto; de momento, cenarán, como siempre, a las siete de la tarde; este año, posiblemente, sopa de pescado y algo de carne que les han regalado.
Y si bien después, tanto Sor Socorro como Sor Amelia, las más delicadas y mayores, se quedarán en cama, el resto rezarán el oficio de lecturas o laudes y adelantarán la misa del gallo a las nueve de la noche.
Una misa en la que romperán por unos momentos el silencio y cantarán villancicos delante del niño Jesús que suelen poner en el altar.
Suelen acudir algunos vecinos a visitarlas, por lo que habrá también momento para tomar algunos dulces y también "algún vinillo" porque "tenemos un poquito de recreo", afirma Sor Isabel entre risas y con una paz que se deja notar en su modo de hablar. El día de Navidad pondrán la televisión porque quieren ver la bendición papal.
En la actualidad, en la provincia permanecen abiertos unos 15 conventos de clausura situados en puntos como Pastrana, Sigüenza, Valfermoso de las Monjas, Yunquera de Henares o la propia capital. En muchos de ellos, como es el caso de Brihuega, apenas quedan monjas ya, de ahí que estas hermanas ya estén pensando en distintas propuestas de cara a un futuro que esperan aún quede algo lejos.