TOLEDO, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Museo del Ejército cumplirá 216 años este viernes, 29 de marzo, desde su fundación en 1803 cuando se creó el Real Museo Militar en el Palacio de los Condes de Montelón, lugar que ocupa en la actualidad la madrileña Plaza del Dos de Mayo, hasta su actual sede en Toledo.
Según ha informado el Museo en nota de prensa, la entrada de las tropas francesas en la capital de España, sólo cinco años después de la inauguración del Museo, obligó a los soldados acuartelados en el Palacio a defenderse con los cañones que se custodiaban en el museo. Tras este episodio, el Palacio quedó derruido.
Tras estos sucesos, la institución viven momentos "difíciles", ya que los objetos pertenecientes a los entonces Cuerpos de Artillería e Ingenieros, que lo habían fundado, son trasladados al Palacio de Buenavista y el museo que se había creado en el ámbito de la Ilustración, se estructura a través de numerosos reglamentos que destacan por su interés de clasificar y ordenar las colecciones con gran rigor científico.
En estos primeros años del siglo XIX se separan los museos de Artillería e Ingenieros y, a mediados de siglo, ambos sufren un traslado, pasando el de Artillería al Palacio del Buen Retiro, que será su sede definitiva y el lugar en el que, en las primeras décadas del siglo XX, vayan confluyendo todos los demás museos militares hasta que, en 1940, se cree el Museo del Ejército.
En 2005 el Museo cerró las puertas de su sede madrileña y comenzó el traslado al Alcázar de Toledo, donde se encuentra en la actualidad. Ya desde sus comienzos, la institución nace con una vocación didáctica al constituirse como centro de estudios para complementar las enseñanzas de las academias militares, siendo una gran parte de sus colecciones fundacionales los modelos y maquetas que servirían a los alumnos en su aprendizaje.
Sin embargo, y gracias a la extensa documentación que se conserva, se puede apreciar desde un primer momento el interés por su carácter público, que se manifiesta en sus tempranos reglamentos de 1.822 y 1.827, en los que se recalca que ha de estar abierto, también, para los "estudiosos y curiosos".
PIONERO EN SU LABOR EDUCATIVA
El Museo ha sido pionero en su labor educativa, pues desde sus comienzos contó con varios talleres que fabricaban maquetas y modelos que actualmente forman parte de sus colecciones y vitrinas para la exposición permanente. Pero, sobre todo, destaca su interés temprano en aspectos que en la actualidad se consideran esenciales en un museo como puede ser el fotografiado de los fondos, que se aprecia en la creación de un gabinete fotográfico en 1878, así como los estudios de público que se publicaron en el Memorial de Artillería en 1928.
A lo largo de más de dos siglos, el Museo ha ido atesorando fondos de procedencia muy diversa, a los fondos donados por organismos civiles y dependencias militares, y los procedentes de las fundiciones y parques de artillería, se añade la valiosa colección aportada por los militares destinados en Ultramar --América y Filipinas-- y en el norte de África, así como las donaciones de colecciones tan importantes como las de Romero Ortiz o Medinaceli.
Además de las donaciones de fondos de personajes ilustres, civiles y militares, como la casaca de Daoíz o las pertenencias de Boabdil; y las constantes aportaciones de objetos pertenecientes a militares y civiles que han sido y siguen, siendo donadas por sus propietarios y familiares.