TOLEDO 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Toledo tiene previsto juzgar este martes a R.C.C.L., a quien la Fiscalía le pide 10 años y medio de cárcel al considerarle autor de un delito continuado de agresión sexual con intimidación contra su expareja, menor de edad en el momento en el que ocurrieron los hechos.
El escrito del fiscal, recogido por Europa Press, considera probado que el acusado tenía una relación sentimental con la víctima desde julio de 2012. Una vez concluida la relación en abril de 2013, el procesado, con ánimo de satisfacer su apetito sexual, se puso en contacto con la exnovia, a quien le dijo que tenía en su poder vídeos con carácter íntimo, y forzándole a tener relaciones si no quería que los hiciera públicos.
Ante el temor de que el acusado difundiera dichos vídeos, la menor mantuvo relaciones sexuales en el domicilio de éste una vez a la semana desde el 30 de abril hasta el 20 de mayo.
Los mensajes del procesado hacia la víctima eran constantes, y en ellos le recordaba las consecuencias de no acceder a sus pretensiones, llegando a tener más de 50 mensajes en un solo día, lo que según el fiscal provocó una situación de temor y angustia que le impedía negarse a las pretensiones del procesado.
En las ocasiones en que la menor se mostraba reticente a acudir al domicilio del procesado cuando era requerida, éste le recordaba insistentemente el pacto que tenían, llegando en numerosas ocasiones a manifestarle que tanto su familia como sus amigos iban a sufrir daños si ella no accedía a las relaciones sexuales.
Así, el acusado consiguió anular la voluntad de la víctima, la cual actuaba ante el temor de que las amenazas pudieran cumplirse.
"TENEMOS UN PACTO Y POR MI CADÁVER QUE LO CUMPLES"
"Tenemos un pacto y por mi cadáver que lo cumples" o "una mentira o una palabra más o algo que me siente mal y le costará la vida a una persona" son algunos de los mensajes que le mandaba a la víctima durante este tiempo. "Escóndete, intenta matarme, reza, haz algo para que no viva, porque mientras viva mi única esperanza es pegarte un tiro y quedarme a gusto. Eso lo puedo hacer desde un coche, al asomarte a tu ventana o al salir de la pizzería", rezaba otra de las comunicaciones entre ambos.
Por todos estos hechos, considera el fiscal que procede imponer al procesado la pena de diez años y seis meses de prisión. Igualmente no podrá acercarse a menos de 500 metros de la persona ni de su domicilio.