TOLEDO 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
El equipo de investigación liderado por la doctora Baeza y la profesora Valero de la Universidad de Castilla- La Mancha (UCLM) ha logrado un gran éxito en el desarrollo de sensores para medir hidroperóxidos en muestras atmosféricas. Controlar los niveles de estos contaminantes servirá para proteger la salud humana y el medio ambiente
El desarrollo de sensores tanto ópticos como electroquímicos para medir hidroperóxidos es un avance significativo en la detección de contaminantes en el medio ambiente. Los sensores --dos electroquímicos y uno óptico-- desarrollados por el equipo de investigación liderado por estas investigadoras son altamente sensibles y precisos, lo que los hace ideales para su uso en la detección de estos compuestos.
Según ha informado en nota de prensa la universidad, varias publicaciones en revistas científicas a lo largo de estos meses de trabajo han recogido las investigaciones y los avances. Algunos de ellos como el trabajo -A new iodometric microwave- assisted method for peroxide determination in Secondary Organic Aerosols o One-pot electrodeposition of multilayered 3D PtNi/polymer nanocomposite. H2O2 determination in aerosol phase - publicados en la revista Atmospheric Environment y Electrochimica Acta, respectivamente. Los métodos propuestos han sido aplicados con éxito y comparados con otros métodos.
Los hidroperóxidos atmosféricos son compuestos químicos que se forman cuando los contaminantes del aire interactúan con la luz solar. Estos compuestos son importantes porque pueden reaccionar con otros contaminantes del aire para formar ozono, un gas que puede ser perjudicial para la salud humana y el medio ambiente y que en Castilla-La Mancha es bastante frecuente en poblaciones como Puertollano o incluso Toledo o Albacete, además de otras grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
Además, los hidroperóxidos atmosféricos también pueden contribuir a la formación de partículas finas, que son un tipo de contaminante del aire que puede penetrar en los pulmones y causar problemas respiratorios y que incluso se ha llegado a relacionar con el aumento de ictus en poblaciones que respiran altos niveles de contaminación. Algunos estudios han demostrado que los hidroperóxidos pueden ser perjudiciales para la salud humana, pudiendo causar daño pulmonar y aumentan el riesgo de enfermedades respiratorias.
También se ha encontrado que los hidroperóxidos pueden contribuir a la formación de aterosclerosis, una enfermedad que causa la acumulación de placa en las arterias y puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.
Las profesoras Baeza y Valero señalan que es muy importante controlar los niveles de estos contaminantes para proteger la salud humana y el medio ambiente.
"Además, el entender como se forman es esencial para dicho control. Estos nuevos sensores permitirán tener una realidad de detalle de estos compuestos, y con ello podremos incluso dar recomendaciones a las zonas más afectadas. Estamos muy emocionadas por los resultados obtenidos en estos proyectos y esperamos continuar con este trabajo innovador en el futuro que ayudará a la salud de las personas y a tener un medio ambiente más saludable".
Este trabajo ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España (MICINN) y la Agencia Estatal de Investigación (AEI), en un proyecto con la referencia PID2019- 106468RB-I00 (/10.13039/501100011033 y un contrato predoctoral Ref BES-2020-094874) que está a punto de finalizar, pero que continuará en un proyecto recientemente financiado (PID2022-139724OB-I00, 10.13039/501100011033 / FEDER, UE) en el que los sensores previamente desarrollados se instalarán en un nuevo instrumento que permitirá el muestreado en tiempo real de partículas atmosféricas, midiendo así su contenido en hidroperóxidos junto con otras especies reactivas de oxígeno.
Las especies reactivas de oxígeno, entre las que se encuentran los hidroperóxidos, son moléculas altamente reactivas que contienen oxígeno y que pueden dañar las células y los tejidos del cuerpo, lo que puede contribuir al envejecimiento y a una variedad de enfermedades, como enfermedades cardíacas, cáncer y enfermedades neurodegenerativas. Además, estos compuestos también pueden contribuir a la contaminación del aire y al cambio climático. Por lo tanto, es importante controlar estos contaminantes en el aire y especialmente en las partículas atmosféricas para proteger nuestro entorno.