Rayden abre un nuevo territorio para Estival Cuenca

Rayden en el Estival Cuenca.
Rayden en el Estival Cuenca. - EUROPA PRESS
Publicado: jueves, 4 julio 2024 12:02

CUENCA, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -

La declaración de intenciones de Estival Cuenca para el concierto de Rayden y Pavana Dino quedó clara cuando los espectadores que llegaron al Parador se encontraron con que las sillas habían perdido gran parte de su territorio. El festival mandaba de esta forma el mensaje de que esta era una velada de ejercitar las caderas y usar las piernas como muelles y el público no tuvo ningún inconveniente en entregarse a un baile salvaje al atardecer, primero con los ritmos latinos de Pavana y después con el rap construido sobre una estructura de rock duro del madrileño.

A Marco Antonio de la Ossa, director de Estival Cuenca, siempre le gusta indagar en nuevos territorios. En este caso se asomó por una ventana que no había mirado todavía: la del Viña Rock. Rayden es uno de esos músicos amamantado por ese festival desde mucho antes que su popularidad se expandiera tras su incursión en el Benidorm Fest, así que era la persona adecuada para esta exitosa expedición de Estival por los sonidos underground. Ahora el festival conquense, de vocación tranquila, sabe que de vez en cuando, si le apetece, puede quitarse el coletero

Quizás fueron muchos los espectadores sorprendidos por el explosivo directo de Rayden, que comenzó su descarga en Estival con La patria de los ausentes. Por si había dudas, el de Alcalá de Henares se encargó de confirmar que hoy no tocaba concierto acústico, sino caña burra de la mano de una banda que viste con pelaje metalero las rimas encabalgadas del rapero.

Rayden, inmerso en su gira de despedida, conectó al instante con el público de Cuenca, que le acompañó durante toda la velada con coros, saltos y brazos marcando el compás. Fue una fiesta, pero también se percibía en el ambiente el aire de la despedida de un músico que ha decidido bajarse de la fama justo ahora que la había avanzado, como Sísifo dejando plantada a su roca en el momento en el que por fin había logrado que se quedara quieta en la cima de la montaña. Se percibían trazas de melancolía en los gestos de cariño de David Martínez con su banda y en las reflexiones que compartía con el público, entre ellas una muy interesante: hay gente que canta sus letras con entusiasmo, pero se escandaliza cuando él dice lo mismo sin música de fondo.

Niño Mandarina y la conquense Alba Molina participaron como invitados en esta despedida de Cuenca de Rayden, que en el tramó final desplegó algunas de las canciones más indies del repertorio, pero tratando de mantener la misma intensidad que en el resto del espectáculo. Canciones como Mujer cactus y hombre globo, Multiverso y Matemática de la carne pusieron el broche de oro a una actuación en la que Rayden afianzó respetos y cariños, tanto entre los seguidores como entre los acompañantes que no lo conocían más allá de la Llorería.

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