GUADALAJARA, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
La producción de energía eléctrica bruta generada por la central nuclear de Trillo durante el segundo semestre de 2020 alcanzó los 4.662,95 gigavatios hora (GWh), lo que supone casi mil gigavatios más que durante el primer semestre, llegando la cifra acumulada anual en este primer año de Covid-19 hasta los 8.275,82 GWh, un 2,16% menos que la alcanzada en 2019.
Desde el 23 de mayo de 1988 hasta el 31 de diciembre de 2020 la producción de energía eléctrica acumulada en Trillo ha sido de 264.024,77 GWh con un total de 253.015 horas acoplada a la red, según el comunicado remitido por la planta nuclear.
La operación de la central durante estos seis segundos meses se ha desarrollado con "absoluta normalidad", sin que se haya producido ningún incidente significativo que haya afectado a la seguridad nuclear y la protección radiológica, según informa la planta en su comunicado.
El inicio del otoño marcó una nueva fase en la crisis de salud pública provocada por la COVID-19 que desencadenó la segunda ola de la pandemia. La central ya había previsto esta situación aprobando en el mes de julio un plan de actuación ante una reagudización de crisis sanitaria con una serie de medidas a implantar ante el agravamiento del escenario.
Durante este semestre se siguieron reforzando las medidas y restricciones en las instalaciones teniendo como prioridad la protección a los trabajadores y a sus entornos familiares, minimizando los riesgos a los que se exponían.
Así, las medidas de protección se fueron adaptando según ha ido evolucionando la crisis sanitaria con acciones como la realización de test serológicos a todo el personal tras el periodo vacacional; seguimiento por vigilancia de la salud del ya afectado; clausura de áreas y máquinas de vending; formación e-learning; realización de test de antígenos en casos sospechosos y refuerzo de medidas de aislamiento en la Sala de Control.
A estas medidas se une el mantenimiento y refuerzo de medidas de higienización en vestuarios, medidas encaminadas a la reducción de contactos (prohibición de viajes y visitas y restricción de desplazamientos entre centros de trabajo, reuniones virtuales) y campaña de vacunación antigripal para todo el personal.
MEDIDAS ADICIONALES
En función de cómo evolucione la pandemia, la central nuclear también contempla la aplicación de medidas adicionales como el establecimiento de horarios de entrada y salida por empresas, rotación de turnos en la Sala de Control, horarios de mañana y tarde; refuerzo del transporte, tratamiento diferenciado de trabajadores vulnerables y especiales y posibles campañas posteriores de pruebas serológicas.
Desde el inicio de estado de alarma se ha continuado trabajando con los programas de formación y se ha avanzado con la planificación de cursos de reentrenamiento y de formación inicial. Y a través de la plataforma de e-learning de central y de una aplicación específica, se ha impartido la formación entre Almaraz, Trillo y Madrid; tan solo se replanificaron los que requerían presencia física.
Los resultados de 2020 reflejan también una dosis del personal expuesto muy por debajo de los niveles legalmente establecidos.
El Plan de Vigilancia Radiológica Ambiental (PVRA) exigido por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tres años antes de la puesta en marcha de la planta ha supuesto la toma y análisis de 1.476 muestras durante 2020 de todas las vías de exposición del medio ambiente (aire, suelos, aguas, animales, vegetales de consumo humano y medida de radiación directa).
Estas, han sido tomadas en 72 puntos distribuidos en un radio de 30 kilómetros alrededor de la instalación. El impacto radiológico de la instalación es "despreciable frente al fondo natural", según el informe de la planta.
RECARGA EL 15 DE MAYO
De otro lado, el próximo sábado 15 de mayo Trillo afrontará la trigésimo tercera parada de recarga de combustible y mantenimiento general que tendrá una duración aproximada de 29 días, estando prevista su finalización el próximo 13 de junio.
Durante estos 29 días está previsto que se realice la renovación de los elementos combustibles, la ejecución de pruebas requeridas por las especificaciones y funcionamiento y la revisión o prueba de instalaciones, equipos y componentes necesaria para asegurar el correcto funcionamiento de la planta en el siguiente ciclo de operación.
Según la nota remitida a los medios, para ello se contará con los servicios de más de cuarenta empresas especializadas que darán trabajo a más de mil personas adicionales a la plantilla habitual de la instalación.
El número de actividades previstas en el momento de emisión de este informe no difiere de las que se han programado en recargas anteriores de estas características.
Entre las actividades programadas destaca la sustitución de 40 elementos combustibles, la prueba de presión del recinto de la contención, la Inspección de las penetraciones de la tapa de la vasija de presión del reactor; también se inspeccionarán los sellos en una bomba principal y se procederá a la sustitución del motor de forma preventiva en otra de las bombas.
Además, se implantarán modificaciones de diseño destinadas a finalizar programas de trabajo iniciados en años anteriores, adecuar las instalaciones a los nuevos requisitos industriales o mejorar la disponibilidad de la instalación.
Durante el segundo semestre de 2020 no estaba previsto cargar contenedores en el almacén temporal de residuos (ATI), por lo que a 31 de diciembre hay almacenadas 356,24 toneladas de uranio total repartidos en los 36 contenedores.
En cuanto a sucesos notificables, durante el pasado año se ha generado solo uno; se detectó concretamente un desequilibrio en la calibración que no tuvo impacto en la seguridad de las personas ni del medio ambiente.
A 31 de diciembre de 2020 la plantilla de nuclear de Trillo contaba con 329 empleados y con la colaboración de más de 100 empresas especializadas que prestan servicios durante la operación normal, lo que supone en torno a 800 puestos de trabajo.
Adicionalmente, con motivo de la última recarga de combustible, se incorporaron más de 1.000 personas para la realización de los trabajos previstos.
La central de Trillo arrancó su operación comercial el 6 de agosto de 1988 y pertenece a la denominada tercera generación de centrales nucleares españolas.