El proyecto ayudaría a afectados por insomnio y otros trastornos del sueño, así como por problemas relacionados con el estrés o la ansiedad
VALLADOLID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un calcetín inalámbrico desarrollado por ingenieros de Castilla y León mide los factores que influyen en la calidad del sueño y que podría ayudar a los afectados por insomnio y otros trastornos del sueño, así como problemas relacionados con el estrés o la ansiedad y cuyas manifestaciones podrían desembocar en alteraciones del descanso o incluso complicaciones cardiovasculares.
Esta prenda, que en su origen iba a ser un guante y después pasó por otras posibilidades como la de faja, cuenta con un sistema "multisensorial" que recoge las "señales vitales" del cuerpo durante el sueño, tales como la temperatura periférica del cuerpo, la respuesta galvánica de la piel o el pulso cardiaco, según ha explicado una de las responsables del proyecto, la palentina Alba Espinosa, en declaraciones realizadas a Europa Press.
Por su parte, el otro de los responsables de la iniciativa, el vallisoletano Alberto Santiago, ha concretado que se trata de una típica prenda para cubrir el pie, pero dotada de sensores que miden los factores mencionados anteriormente. Así, un dispositivo GSR es el responsable de recoger la información que ofrece la piel a través de la sudoración y otros factores con los que se puede determinar el nerviosismo o el estrés del usuario.
Un segundo sensor, en este caso colocado junto al primer dedo del pie, se encarga de medir la temperatura periférica del organismo durante las distintas fases del sueño, de forma que si los valores se mantuvieran dentro de un rango "normal", el individuo conciliaría el sueño "bien", mientras que en el caso, por ejemplo, de una pesadilla, ésta se incrementaría de forma anormal.
El tercer elemento de medición se encarga del pulso cardíaco y la presión arterial --pulsioximetría--, la cual puede reflejar problemas cardiovasculares relacionados con el sueño y que muchas veces degeneran en infartos mientras se duerme. Otras posibles aplicaciones del proyecto serían la investigación de fenómenos como el sonambulismo o incluso las pesadillas.
Estos tres sensores se encuentran conectados a través de cables a un módulo instalado en el interior de una pequeña caja donde un dispositivo 'XBEE' transmite la información de manera inalámbrica hasta un ordenador que lo recibe mediante un receptor conectado por vía USB. Una vez allí, mediante el software Matlab se procesan los datos y se pueden analizar de forma gráfica, por lo que el producto va dirigido tanto para usuarios domésticos como para especialistas que "pueden comprender y aprovechar mejor la información obtenida", según Espinosa.
MATRICULA DE HONOR
El prototipo, ideado como Proyecto Fin de Carrera por estos dos alumnos de Ingeniería Técnica Industrial en la especialidad de electrónica de la Universidad de Valladolid (UVA), ha contado con la coordinación del investigador del Centro Tecnológico Cartif y profesor asociado de la Universidad, Fernando Gallego y ha obtenido una calificación de 9,8 y Matrícula de Honor.
No obstante, Alberto Santiago ha apostado por "optimizar" el modelo, mediante la reducción del tamaño de la caja donde se ubica el dispositivo 'XBEE' y la batería de seis voltios que alimenta el calcetín, así como añadir nuevos sensores que recojan otros factores que condicionan el sueño como la temperatura ambiente, el ruido (para lo que implementarían un software 'Truerta'), la luminosidad o la humedad de la habitación.
Para mejorarlo y completar los trámites de patente, Santiago y Espinosa han decidido presentar el proyecto a la convocatoria de becas 'Prometeo', que se resolverá previsiblemente en este mes de junio. Ambos han mostrado su deseo de que alguna empresa se interese en el proyecto para poder trabajar en su desarrollo.
En cuanto a su posible salida comercial, Alberto Santiago ha señalado que, de lograr financiación, podría estar disponible en farmacias u ortopedias en el plazo de un año, con un coste de venta al público que este joven ingeniero ha estimado en 100 euros.
En cuanto a su concepción como guante o faja, Alba Espinosa ha reconocido que al final se decantaron por el calcetín por ser "más original" y porque resultaba "menos molesto" para usar durante el sueño, aunque ha confesado que "hasta que no se desarrolle", su diseño actual "aún resulta poco práctico", por lo que ha insistido en las posibilidades de implementarlo para favorecer su difusión.
Espinosa también ha ensalzado el "esfuerzo" que requirió el proyecto a lo largo de los cerca de diez meses que tardaron en completarlo, durante los cuales "hubo que empezar de nuevo varias veces", aunque ha reconocido que tanto a ella como a su compañero les gustó la iniciativa porque "tocaba un poco de todo lo visto a lo largo de la carrera".