El mes de noviembre fue el más cálido y seco desde 1961, con una "anomalía" media de 3,1 grados sobre valores de referencia VALLADOLID 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) prevé unas Navidades tranquilas en Castilla y León desde el punto de vista meteorológico, con escasas precipitaciones y las tradicionales nieblas, heladas y cencelladas, pero sin incidencias significativas.
Así lo ha vaticinado el delegado de la AEMET en Castillas y León, Manuel Mora, durante el tradicional balance del otoño (septiembre, octubre y noviembre) que ahora concluye y del año hidrológico en su conjunto que expiró el pasado día 30 de septiembre, junto con la predicción para el invierno que comienza este próximo sábado, día 21 de diciembre, a partir de las 10.21 horas.
En cuanto a la climatología para estas próximas fechas navideñas, Mora, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha explicado que para este miércoles se prevé la entrada de una borrasca atlántica y un flujo del suroeste que provocará un "incremento notable" de las temperaturas, con precipitaciones "no muy notables" a última hora en el noroeste, en principio por encima de la cota de 1.800 metros que luego descenderá a los 1.200.
Esas precipitaciones se generalizarán el jueves por toda Castilla y León, junto con fuertes vientos en zonas de montaña, mientras que para el viernes y el fin de semana se prevé una vuelta a la normalidad, eso sí, con las típicas nieblas y heladas.
Más allá, el responsable de la AEMET vaticina que la situación de "bloqueo anticiclónico" contribuya a la ausencia de precipitaciones tanto en Nochebuena como en Navidad, "con temperaturas acordes a estas fechas, y también con heladas y cencelladas", al tiempo que, a más largo plazo, Mora ha anticipado que se espera un invierno (diciembre, enero y febrero) "cálido y con precipitaciones escasas".
UN OTOÑO MUY CÁLIDO Y HÚMEDO
Respecto del otoño que hora llega a término, el meteorólogo ha destacado su carácter especialmente cálido y húmedo, el nóveno más cálido desde 1961, con una anomalía de temperaturas de 1,1 grados por encima de valores de referencia, junto con un superávit de precipitaciones de un 5 por ciento. Se contabilizaron temperaturas máximas de un 0,7 por ciento por encima de las de referencia, con un total de diez días con máximas de 25 grados, mientras que el valor más alto, 35 grados se registró en La Adrada (Ávila).
En el caso de las mínimas, la anomalía fue de 1,4 grados, con tan solo tres días de heladas, y la más baja se contabilizó en el Puerto de El Pico, también en Ávila, con -5,2.
Por meses, septiembre fue muy frío y húmedo, octubre fue cálido y noviembre "extremadamente, extraordinariamente cálido y seco", ha enfatizado Mora, quien en este sentido recuerda que tal circunstancia no se constataba desde 1961, año en el que se cuenta ya con registros. En este caso, la anomalía fue de 3,1 grados, un valor que no se había dado en el último siglo.
Pero además, el otoño que ahora dejamos ha sido también de escasas tormentas, un 22 por ciento menos, con un total de 9.169 descargas y tan solo 24 días de tormentas, la mayor parte registradas en Soria y Burgos (16 días), mientras que Salamanca, con tan solo ocho días de tormentas, figura a la cola.
Mora también ha hecho balance del año hidrológico, correspondiente al ejercicio 2023-2024, caracterizado por ser húmedo y con un superávit de precipitaciones de casi el 16 por ciento que, como así ha apostillado el experto, "constituye una buena noticia porque de esta forma se ha conseguido compensar el déficit existente. No obstante, tras un noviembre muy seco y un invierno en el que no se prevén grandes precipitaciones parece que va a persistir ese déficit de lluvias".