BURGOS 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Iglesia de Burgos cerró el año 2023 sus cuentas con un déficit de 14.935,92 euros, según ha anunciado la ecónoma diocesana, Mariola Rilova, quien, sin embargo, ha advertido de que ese ligero déficit "no es una cifra relevante en un presupuesto de casi 45 millones de euros".
De los ingresos destacan los 5.843.326,10 euros que aportaron los fieles católicos, los 6.094.490,67 de la X del IRPF, los 2.580.779,40 que provienen del patrimonio, 706.836,79 de enajenaciones y los 14.935,92 euros de los créditos.
Aunque la mayor cantidad, 29.666.123,93 euros, procede de los ingresos por servicios, subvenciones públicas corrientes, ingresos de instituciones diocesanas y el concierto educativo con la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León para los colegios.
El gasto más abultado, por su parte, es el de los salarios y Seguridad Social más la retribución del personal de los centros educativos de la diócesis, que asciende a 19.358.407,23 euros. A esta cantidad, hay que sumar 4.865.694,09 de las retrubuciones del clero.
Además, 2.490.406,58 fueron gastos pastorales, actividades asistenciales, ayuda a la Iglesia universal y otras entregas a instituciones diocesanas, mientras que otros 14.286.943,50 se gastaron en patrimonio, conservación de edificios y gastos de funcionamiento y otros 2.603.398,48 fueron extraordinarios.
La archidiócesis de Burgos ha presentado también en la mañana de este jueves el Día de la Iglesia Diocesana 2024, que se celebrará el próximo domingo, 10 de noviembre, bajo el lema ¿Y si lo que buscas está en tu interior?
El vicario general de la Archidiócesis de Burgso, Carlos Izquierdo, ha explicado que esta campaña se centra el el ámbito de las vocaciones y ha hablado en términos de transparencia, "no sólo económica, sino que todo el mundo pueda conocer lo que se hace en la Iglesia, quiénes la conforman y cómo funcionan sus principales organismos".
Izquierdo también ha destacado que la Archidiócesis "quiere seguir creciendo como Iglesia que trabaja unida". En ese sentido, ha destacado los acentos pastorales de este curso, por un lado, "la sinodalidad, y, por otro, el acompañamiento".
También ha recordado que este curso se pone en marcha el Plan Diocesano de Familia y que otro de los focos de la actividad será el mundo rural, para el que ya se están poniendo en marcha las orientaciones pastorales correspondientes. Se trata de un documento en el que se trabajó durante el curso pasado y que va a ser el eje del Encuentro Pastoral Diocesano que se va a celebrar el sábado en Lerma.
En la presentación de las cuentas y del Día de la Iglesia Diocesana también ha intervenido la educadora Mónica Martínez, del Centro Arlanza de Lerma, un espacio a iniciativa del Programa de Infancia en el Ámbito Rural de Cáritas Diocesana de Burgos.
En su intervención, la educadora ha destacado "la labor de los voluntarios que colaboran con el centro", incidiendo en la importancia de poner al servicio de la Iglesia "los dones personales de cada uno".