SALAMANCA 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
Asaja Salamanca ha expresado su profundo malestar ante la situación actual del mercado de la patata, un cultivo estratégico para la provincia, tras comprobar que los agricultores están recibiendo entre 30 y 35 céntimos por kilo de patatas, mientras que los consumidores las están comprando a precios que oscilan entre 1,10 y 1,50 euros por kilo.
Esta diferencia resulta inaceptable para Asaja Salamanca, que ha culpado directamente a los intermediarios de este desequilibrio. "No puede ser que el agricultor asuma todos los riesgos y reciba una fracción del precio, mientras los márgenes se inflan desmesuradamente en el tramo final de la cadena de comercialización", ha denunciado Juan Luis Delgado, presidente provincial de Asaja.
A pesar de que al inicio de la campaña los precios al agricultor han sido altos debido a la fuerte demanda y la escasez de producto, la situación ha cambiado drásticamente. En pleno auge de la campaña, cuando los ciclos más largos de cultivo han arrojado patatas de mayor calidad y tamaño óptimo, los precios que han percibido los productores han caído de manera desproporcionada.
Esta reducción en el precio pagado a los agricultores no se ha reflejado, sin embargo, en los supermercados, donde las patatas siguen siendo vendidas a precios considerablemente altos. Esta situación no es nueva ni exclusiva del cultivo de patata, "cuando el producto en origen tiene un precio justo, todo el mundo se alarma, pero en realidad son los intermediarios los que provocan esta escalada de precios que acaba afectando tanto al productor como al consumidor", han apuntado desde la OPA.
La organización profesional agraria ha recordado que la Ley de la Cadena Alimentaria prohíbe la venta a pérdidas y establece que los precios deben cubrir los costes de producción, que en el caso de la patata rondan los 10.000 euros por hectárea, a lo que habría que sumar el beneficio industrial.
Sin embargo, los agricultores han señalado que actualmente están recibiendo precios que no cubren sus gastos, lo que pone en riesgo la viabilidad de sus explotaciones. "El coste de producir una hectárea de patata es altísimo y el agricultor está asumiendo ese riesgo en solitario. Esta situación es insostenible", ha criticado Delgado.
Otro aspecto que Asaja Salamanca ha subrayado es la falta de mano de obra para el cultivo de patata, un proceso que requiere técnicas manuales y un cierto nivel de especialización. Esta escasez de trabajadores ha agravado aún más la situación de los productores, que ya están lidiando con márgenes reducidos y costos de producción elevados.
Asaja ha exigido una mayor transparencia en la cadena de valor de la patata y ha pedido a los intermediarios que ajusten el precio pagado al productor de acuerdo con los altos costos de producción que enfrenta el sector.
"No es aceptable que el precio final se triplique o cuadruplique entre el agricultor y el consumidor. Necesitamos que los precios reflejen el trabajo y el coste que hay detrás de cada kilo de patatas", ha concluido Delgado.
La organización agraria también ha hecho un llamamiento a las autoridades para que garanticen el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria y establezcan mecanismos más estrictos para evitar estos abusos, que han afectado de manera crítica tanto a los agricultores como a los consumidores.