SALAMANCA, 26 Nov. (EUROPA PRESS) - -
Quiso la historia que Salamanca sea una de las ciudades más ricas en patrimonio. Y, entre tanta joya arquitectónica, descansa un templo que custodia en su interior siglos de conocimiento y pensamiento. Se trata de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca.
Aquellos que se acercan a este espacio tienen que sortear previamente a los cientos de turistas que cada día "buscan la rana" a las puertas del Edificio Histórico. Una vez en su interior, pueden transitar por los pasillos y las aulas en las que sentaron cátedra históricos del pensamiento como Miguel de Unamuno, Francisco de Vitoria o Fray Luis de León.
Tras dejar atrás la planta baja, ya en lo alto, está la Biblioteca General de la USAL. Habitualmente tiene las puertas abiertas para que desde ahí, desde la entrada -sin poder entrar al interior- uno pueda percatarse de la belleza que atesoran las instalaciones pero también del ingente número de obras históricas.
La biblioteca tiene su germen en la fundación de la Universidad de Salamanca, en 1218, cuando -hace ocho siglos- el rey Alfonso IX de León gestó el Estudio a orillas del Tormes. Y fue en 1254 el momento en el que otro monarca, Alfonso X, recogió en los documentos el interés por contar con una "estación" de libros en el cuerpo de la USAL.