La Comisión de Desembalse aprueba la posibilidad de establecer turnos de regadío ante la "extraordinaria sequía" en casi toda la cuenca
VALLADOLID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha aprobado este jueves los volúmenes mínimos de reserva de los embalses al final de la campaña de riego, marcada por una situación de "extraordinaria sequía" en la práctica totalidad de la cuenca, que en el caso del Carrión es "crítica", por lo que advierten de que en dicho "no sólo está comprometida" el agua para labores agrícolas, sino que "podría afectar al abastecimiento" de Palencia capital y la mitad de la ciudad de Valladolid.
Según han informado fuentes del organismo de cuenca, debido a la situación de sequía reclaman a los regantes "el menor consumo posible" de agua y la selección de los cultivos más adecuados, al tiempo que en materia de consumo humano, trasladarán a los ayuntamientos de ciudades más afectadas --Astorga, León, Palencia, Burgos y Valladolid-- para que extremen el control del consumo de agua y utilicen en lo posible la que procede del río para labores como riego de parques o limpieza.
De entre las juntas de explotación sobre las que ha trabajado la Comisión, la situación más grave hasta la fecha es la del río Carrión, que se califica de "crítica" en la que se ha aprobado un volumen de reserva para el final de la campaña de este año de 18 hectómetros cúbicos en los embalses de Camporredondo y Compuerto, lo que deja "escasamente 2.000 metros cúbicos por hectárea" para el uso agrícola.
En este caso, advierten de que, de mantenerse la situación actual, "no sólo está comprometida la campaña de riego" sino que podría afectar al abastecimiento de Palencia y de la mitad de Valladolid que obtiene el agua a través del Canal de Castilla --a la otra media llega del canal del Duero--.
La CHD apunta que la disminución con respecto a otros años de sequía no es "significativa" pues en esas ocasiones se limitó el mínimo a 20 hectómetros cúbicos, dado que se trata de un sistema "totalmente deficitario con independencia de la climatología".
Asimismo, han lamentado que después de una campaña 2015-2016 que fue "extremadamente generosa" en cuanto a precipitaciones, resulta "una verdadera lástima" no haber contado con las presas de Las Cuezas, que habrían aportado unos recursos equivalentes a los que se van a tener que derivar del embalse de Riaño, en León.
En cuanto a gravedad, la Comisión ha citado también la situación "deficitaria" y "problemática" en las cuencas del Órbigo y el río Tuerto. En el primer caso, se aprueba como volumen de reserva del final de campaña un total de 15 hectómetros cúbicos (hm3) en el embalse de Barrios de Luna, tal y como ya se aprobó en años de sequía anteriores, como 2012, y la mitad de la cifra deseable, según la CHD, 30 hm3.
En este caso, el organismo e cuenca lamenta también que no estén en funcionamiento las presas de La Rial y Los Morales, que hubieran permitido contar con 30 hm3 de refuerzo. Como dato, han apuntado que en la anterior campaña el mínimo establecido fue de 50 hm3, más del triple que el actual.
En el río Tuerto, dada la situación "extremadamente problemática", se propone un volumen al final de campaña, de 3 hm3 en el Embalse de Villameca (León), dado que depende del mismo el abastecimiento a la ciudad de Astorga y de repetirse una situación climatológica similar a la de este otoño no se podrían garantizar sus necesidades a partir del mes de Enero de 2018.
En situaciones "gestionables" se incluyen las del Esla-Valderaduey, con volúmenes con volúmenes de reserva de 45 hm3 en el Embalse del Porma (León) y 65 hm3 en el de Riaño --valores en torno al 10% de la capacidad de embalse-- lo que suponen disminuciones importantes sobre los volúmenes establecidos en el año anterior, (80 hm3) en el embalse del Porma y 200 hm3 en el de Riaño.
Gracias a los elevados niveles con los que se cerró la última campaña, por encima de los mínimos referidos, se puede gestionar la actual con un consumo bruto por hectárea que no supere los 5.800 m3
/ha.
Se ha aprobado asimismo, la propuesta de las Juntas de Explotación del Esla-Valderaduey y Carrión de aplicar la dotación expuesta a las superficies actualizadas con 7.000 hectáreas de la Margen Izquierda del Porma (2a Fase), 9.000 Hectáreas en el caso del Payuelos, 22.000 asociadas al Páramo Bajo y las 12.000 que tiene vinculadas el sistema Carrión.
También se considera gestionable, aunque deficitaria, la situación de la Junta de Explotación del Pisuerga y Bajo Duero, donde se aprueba como volúmenes de reserva 50 hectómetros cúbicos en los embalses de Cervera, Requejada y Aguilar, si bien se deja a reuniones posteriores que se celebrarán durante la campaña la posibilidad de bajarlo a los niveles fijados en la anterior sequía, la de 2012.
En situaciones escasas pero realizables está el sistema del Alto Duero, donde se ha acordado un volumen de final de campaña de 30 hm3 en La Cuerda del Pozo --el año pasado fueron 100 hm3--; donde la finalización de la anterior temporada de riego con más de 150 hm3 ha permitido defender la actual campaña.
En condiciones similares se encuentra el sistema del Arlanza, donde se ha aprobado un volumen de 22 hm3 en los embalses de Arlanzón y Úzquiza, sustancialmente inferior a los 58 hm3 del pasado ejercicio.
Ya en situación "casi normal" figuran las juntas de explotación del Riaza, con 10 hm3 de volumen final, donde se garantizan los consumos de agua si la campaña es "similar a la de años anteriores"; y la del Tera.
Y en condiciones de normalidad figuran las juntas de explotación del Tormes, con 160 hm3, al igual que en la pasada campaña, para el embalse de Santa Teresa; el Águeda, con 46 hm3 para el de Irueña; y el Adaja, con 10 hm3 en el embalse de Las Cogotas, que incluso supera los volúmenes de final de campaña.
En cuanto al abastecimiento, de poblaciones, la CHD trasladará la situación a los Ayuntamientos más afectados --Astorga, León, Palencia, Burgos y Valladolid--, a fin de que extremen las medidas de control del consumo y utilicen, en la medida de lo posible, agua derivada directamente del río para labores como riego o limpieza.
Asimismo, se extremará la vigilancia de los cauces y de las tomas directas de los ríos, para el "cumplimiento riguroso" de las medidas adoptadas, si bien se podrán variar dichas medidas si las necesidades puntuales lo requieren, con el fin de preservar los abastecimientos de poblaciones y el caudal de mantenimiento preciso para la preservación de la vida piscícola.