PALENCIA 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Diez desempleados titulados en restauración trabajan, desde el pasado mes de enero y hasta el próximo septiembre, en la consolidación y tratamiento de un total de 43 obras de arte de la provincia, dentro del séptimo Taller de Restauración, impulsado a través del convenio de colaboración firmado entre la Diputación de Palencia y el Obispado.
Una alianza encaminada a preservar el rico patrimonio artístico de la provincia que se va deteriorando a lo largo del tiempo y que por su valor merece cumplir el fin para el que fue creado, que se pueda legar a las generaciones venideras en las mejores condiciones posibles.
La presidenta de institución provincial, Ángeles Armisén, junto con obispo de Palencia, Don Manuel Herrero, han visitado este martes el taller con el objetivo de conocer la labor que está desarrollando este año en el que la Diputación ha reforzado su apoyo con un 26,5 por ciento más que el pasado ejercicio, alcanzando los 240.000 euros.
Durante su visita han saludado a los restauradores que trabajan estos meses los locales acondicionados para la actividad del Seminario Menor San Juan de Ávila de Palencia, donde se integran, las tres especialidades, pintura, escultura y textil. Allí está previsto recuperar un total de 43 piezas procedentes de 34 localidades palentinas. De ellas, son 12 pinturas, 18 esculturas, tres conjuntos escultóricos, dos relieves, un alto relieve, un sagrario, y seis textiles. Hasta la fecha, llevan acondicionadas un total de 24 piezas.
El patrocinio de la Diputación permite a la Diócesis contratar un equipo formado por doce restauradores titulados, que trabajan en las labores propias de la recuperación de obras de arte durante seis meses, de marzo a septiembre.
Ambas instituciones no solo vienen obligadas legalmente a conservar el patrimonio artístico, sino que también coinciden en la necesidad de mantener esa riqueza de bienes muebles (pinturas, esculturas, piezas textiles) que posee la Diócesis de Palencia, generados y atesorados durante siglos, para que --además de cumplir con los fines religiosos y litúrgicos para los que se crearon-- se puedan dejar a las generaciones futuras en las mejores condiciones.