VALLADOLID 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
Ecologistas en Acción ha propuesto al Ayuntamiento de Valladolid una "alternativa" a la ordenanza fiscal reguladora de la tasa sobre la recogida de basuras, que se debe poner en marcha el próximo 1 de enero, en la que se aplique un sistema de cobro que tenga en cuenta la generación real de residuos (pago por generación).
En un comunicado recogido por Europa Press, la organización considera que la recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos de Valladolid es "claramente deficiente" pues "todo el esfuerzo de separación de residuos de las personas y del proceso de recogida de residuos sólidos urbanos termina, en más de un 80 por ciento, en el vertedero sin ningún tipo de reciclaje".
Ecologistas en Acción Valladolid ha presentado una alternativa a la Ordenanza fiscal reguladora de la tasa con el objetivo de "mirar a largo plazo y comenzar un cambio en la gestión de los residuos en la ciudad".
En primer lugar, plantean que el sistema de recogida de residuos se debe abordar mediante "un programa a largo plazo, con amplia participación social", en el que se fijen las líneas de trabajo a seguir en Valladolid para lograr los objetivos de reducción de residuos. Para ello, Ecologistas en Acción propone establecer un programa local con medidas específicas, para hogares y organizaciones públicas y privadas, con objetivos en plazos de 1 a 5 años y de 10 a 20.
Ello se debe, han reprochado, a que la ordenanza a aprobar en Valladolid no contiene ninguna previsión de futuro relacionada con los mandatos de la UE "y con el sentido común ambiental". Según la organización, la Airef deja claro que sin esa programación a largo plazo la mayor parte de los esfuerzos no tendrán sentido".
En segundo lugar apuestan por avanzar hacia el "pago por generación (PxG)", que según añaden se considera "muy eficaz" por parte de la Airef. Sería apostar por una tasa de residuos que cumpla los requisitos de la Unión Europea y de la legislación española, "que debería tender hacia el pago por generación" que ha resultado un instrumento útil en el diseño de las tasas municipales de recogida y tratamiento donde cada hogar paga en función de los residuos que genera".
En la Ordenanza municipal la aplicación del principio de "quien contamina paga" es, a juicio de esta entidad, "muy endeble ya que, en esencia, se procede a cargar sobre los bienes inmuebles destinados a vivienda" en función de la superficie construida y número de personas empadronadas.
En este sentido, han recalcado que el sentido de "más relevante" de la tasa persigue "el fin primordial" de "la reducción de los residuos generados y su posterior reutilización".
El establecimiento de sistemas de pago por generación, han explicado, debe hacerse en función de la estructura actual de recogida de residuos que en Valladolid es, consideran, "muy diferente a la necesaria ya que está basada en la proliferación de contenedores y en una recogida exhaustiva de los mismos".
Por otro lado, Ecologistas en Acción Valladolid reclama también la "puesta en marcha de programas pilotos para la recogida puerta a puerta en un barrio, la recogida puerta a puerta para una zona comercial y otro para superficies comerciales para el establecimiento del sistema de depósito, devolución y retorno.
Tendrían el fin de "poder realizar un análisis comparativo de todo tipo de costes, incluidos los ambientales, a corto, medio y largo plazo se puede implementar, desde mediados de 2025, un programa piloto de recogida puerta a puerta" en algún barrio de la ciudad de tamaño reducido y con unas características que permitan obtener el mayor compromiso de vecinos y vecinas con ese programa.
Plantean que "se debe decidir, con amplia participación social, la frecuencia de la recogida de los residuos, la colocación de algún contenedor para situaciones de emergencia, la forma de medir la cantidad de residuos que genera cada vivienda y la recompensa que tendrán los inmuebles que menos residuos generen y entreguen".
PROGRAMA PILOTO EN EL BARRIO DE GIRÓN.
Este programa proponen que podría desarrollarse en un barrio como Girón y durante 2025 sus vecinos pagarían la cuota con los mismos parámetros que el resto de los inmuebles de la ciudad pero los que menos residuos generen podrían tener una compensación económica a finales de año.
En cuanto al programa para zonas comerciales, apuestan por una zona determinada de la ciudad, con las mismas finalidades y metodología que el anterior, y en colaboración con las organizaciones representativas de comerciantes, donde predomine la fracción "resto de los residuos".
Durante 2025 esos comerciantes pagarían la tasa que quede finalmente aprobada por el pleno municipal y los resultados de la evaluación se utilizarían para futuras regulaciones.
Finalmente se establecería un programa piloto con superficies comerciales de la ciudad para la instauración de sistemas de depósito, devolución y retorno (SDDR). Los contenedores amarillos no son una buena medida. Sí lo son, en cambio, los programas SDDR, probados con éxito desde hace años en algunos países europeos para cubrir tres tipos de envases: plástico, metal y vidrio. Tendría que haber colaboración económica de Ecoembes, reclaman.
Por último, Ecologistas en Acción, propone el establecimiento de sistemas de medida en los contenedores de la ciudad. "Una verdadera 'smart city' y un programa municipal de reducción de residuos exige completar progresivamente los contenedores para que incorporen, de la manera más fácil y barata, instrumentos de medición de los residuos depositados para caminar hacia el pago por generación, con bolsas obligatorias o etiquetas identificativas", han considerado.
En el caso de los contenedores para residuos orgánicos habría que instalar mecanismos de "apertura con tarjeta", que se entregará a cada vecino, ya que una mejor separación de los residuos en origen constituye la clave para su mejor reciclado. La Airef aboga decididamente por ellos.
"Todas estas medidas deben financiarse en el año 2025 con cargo a los presupuestos municipales, en concreto con la cantidad que se obtenga por la diferencia entre los ingresos previstos por la nueva tasa de residuos y el coste de la disminución, en un 5 por ciento, de la recaudación por el Impuesto de bienes inmuebles", señala la organización ecologista.