SEGOVIA, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -
La editorial independiente Libros desde Tuma edita El pitoche engrullón, la adaptación en gacería de la popular novela corta El Principito, de Antoine de Saint Exupéry.
Se trata de la primera edición que se hace de esta novela en todo el mundo a una variante lingüística originada en las hablas de gremios profesionales.
La gacería es una variante lingüística particular de Cantalejo, en la provincia de Segovia, vinculada a los lenguajes profesionales secretos, en concreto al de los trilleros, principalmente, y de otras actividades relacionadas con la labranza y la ganadería.
Su origen se remonta a las repoblaciones al sur del Duero de los siglos XII y XIII y la llegada de y vascoparlantes de Navarra a la zona, que aportarán vocabulario al castellano medieval. Algunos estudios apuntan también a algunas influencias árabes y mozárabes.
Con el paso del tiempo, la gacería fue tomando forma como la variante de los comerciantes de Cantalejo, que emplearon vocabulario de diverso origen y dotaron a los términos de nuevos significados, así como a crear palabras, hasta formar este lenguaje secreto.
Hoy, la gacería se habla casi exclusivamente en Cantalejo y el número de hablantes capaz de entenderla y hablarla se ha reducido. Ciertas instituciones locales tratan de que no se pierda, incorporándolo a las clases escolares y promoviendo su uso y conocimiento.
La traductora Ana Rosa Zamarro, natural de Cantalejo, ha sido la encargada de la traducción de este clásico a la gacería. Proveniente de una familia de briqueros, es una activa promotora de la difusión y la conservación de la gacería y de la cultura cantalejana y trabajando en el Museo del Trillo de la localidad.
Zamarro ha sido colaboradora del periódico local El Cantal, donde introdujo una sección en gacería, y ha publicado numerosos léxicos y escritos sobre la gacería. En 2007, publicó el compendio poético en gacería Cantalejo, Gacería, Oficios.
Zamarro ha afirmado que cuando se le planteó la traducción, "tuvo claro" que era el libro que "estaba buscando" para seguir con la divulgación del patrimonio lingüístico de Cantalejo, ya que es una obra "muy querida" por sus valores, con una "gran aceptación" y que "llega a todos".
La traductora ha explicado que quería "algo que toda la gente pudiera leer en gacería e interesarse por ella, pero también que lo disfrutase y lo guardase; y eso es algo que que tiene El pitoche engrullón".