VALLADOLID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Observatorio Cajamar del Sector Agroalimentario destaca que en Castilla y León se ha demostrado su fortaleza exportadora también durante el coronavirus, ya que las ventas al exterior crecieron un 4,9 por ciento durante 2020, lo que ha supuesto un mejor comportamiento frente al 4,3 por ciento registrado por el sector a nivel nacional.
Según han informado fuentes de la entidad financiera, este observatorio analiza las características y principales indicadores en cada comunidad autónoma, desde la evolución en el valor añadido, el empleo, las exportaciones, la productividad y la competitividad, hasta el consumo, el precio de la cesta de la compra o la inversión en I+D.
La buena evolución de las exportaciones del sector contrasta con la caída generalizada del total de las exportaciones de bienes en el mismo periodo, situada en el -10,2 por ciento para la media española, y en una más acusada caída, -14,7 por ciento, en el caso de la comunidad castellanoleonesa.
Según los datos del Observatorio de Cajamar, el sector agroalimentario de Castilla y León, incluyendo la distribución, contribuyó con 6.711 millones de euros en 2019 a la economía regional, el 12,4 por ciento del valor añadido bruto (VAB), y generó 150.348 empleos, el 15,2 por ciento del total. Se observa que el VAB agroalimentario regional apenas varió frente al ligero repunte del 0,5 por ciento nacional, mientras que la mejora en el empleo fue del 1,9 por ciento, superior al 1,1 por ciento del obtenido a nivel estatal.
Promovido y editado por Cajamar con la colaboración del Ivie, este informe sobre el sector agroalimentario ha sido dirigido por Joaquín Maudos y realizado en coautoría con Jimena Salamanca
El sector agroalimentario de Castilla y León es el sexto más importante de España. Con un peso en la economía de 6.711 millones de euros en 2019, representa el 6,6 por ciento del VAB agroalimentario del país (incluidos el sector primario, la industria de transformación y la distribución) y el 12,4 por ciento de la economía castellanoleonesa. Además, da empleo al 15,2 por ciento (150.348 personas) del total de ocupados en la comunidad autónoma. Es un sector que se caracteriza por su perfil industrial, ya que la industria alimentaria aporta el 42,8 por ciento del VAB del sector.
El VAB y el empleo han diferido algo en sus comportamientos en 2019, tal y como se recoge en el Observatorio Cajamar sobre el sector agroalimentario, un informe que ha elaborado el director adjunto del Ivie y catedrático de la Universidad de Valencia, Joaquín Maudos, en colaboración con la economista también del Instituto Jimena Salamanca. El peso del sector agroalimentario de Castilla y León en el valor añadido bruto (VAB) apenas cayó un 0,04 por ciento, a la vez que el empleo experimentó un repunte del 1,9 por ciento. Es decir, un mejor comportamiento que en el conjunto del sector a nivel nacional en empleo (1,1 por ciento), y ligeramente peor en VAB (0,5 por ciento).
La dimensión del sector agroalimentario de Castilla y León le permite ser la primera productora de cereales y de ganado bovino en nuestro país, así como la segunda proveedora más importante de leche.
El principal producto castellanoleonés es el ganado porcino, con 2.307 millones de euros en ventas al exterior de productos agroalimentarios en 2019, en el que la comunidad se sitúa en séptimo lugar en el ranking de las exportaciones del sector agro de España.
La llegada del COVID-19 ha impulsado la actividad exportadora, ya que en 2020 las exportaciones agroalimentarias de la región interior aumentaron un 4,9 por ciento, un crecimiento que mejora el 4,3 por ciento registrado de media nacional. Además, esa evolución positiva contrasta fuertemente con la importante caída del 14,7 por ciento en el total de las exportaciones de bienes de Castilla y León en el mismo periodo y del 10,2por ciento para el conjunto del país.
Castilla y León ha generado un superávit comercial de 1.062 millones de euros. Portugal, seguida de Francia, son los principales destinos de los productos de la región. El producto más exportado por la comunidad es la carne y los despojos comestibles.
OTROS DATOS DEL OBSERVATORIO
Castilla y León cuenta con 3.073 compañías industriales agroalimentarias que suponen el 10 por ciento del total de España y la posicionan como la tercera comunidad autónoma con mayor tejido empresarial del sector. Estas empresas son principalmente microempresas (57,1 por ciento), así como sin asalariados (25,4 por ciento). Castilla y León ocupa la octava posición en el ranking regional de competitividad del sector agroalimentario. Al no incluir la comercialización, su competitividad se deteriora hasta situarse en el puesto doce del ranking. Esta variable se mide como los costes laborales por unidad de producto obtenido.
Respecto al gasto per cápita que realizan los hogares castellanoleoneses en alimentos, en 2019 se cifró en 1.569 euros por persona, un 4,1 por ciento por encima de la media nacional, que alcanza los 1.507 euros. El peso en la cesta de la compra de los alimentos y bebidas ha sido algo superior para las familias de Castilla y León que para el conjunto del país (22,1 por ciento frente a 20,3 por ciento).
La actividad en I+D del sector agroalimentario contribuye con el 9,9 por ciento a la inversión en I+D del sector en España, el cuarto más importante de entre todas las comunidades. Cataluña, Andalucía y Murcia lideran la innovación, ya que juntas suponen el 55,8 por ciento del total de la inversión en I+D del sector en España.
CRISIS COVID-19 EN EL SECTOR
La crisis de la Covid-19 ha puesto de manifiesto la importancia que ha tenido el sector agroalimentario español y su carácter de sector estratégico para garantizar el abastecimiento de productos alimenticios. Si bien no ha sido inmune a la crisis, el impacto ha sido mucho más reducido en el caso de la industria de los alimentos, aunque no así en la de bebidas.
Algunos datos para el conjunto del sector en España demuestran esa mejor situación durante la crisis. En primer lugar, el sector primario ha tenido un comportamiento global positivo, con una mejora del valor añadido bruto generado del 4,7 por ciento.
El índice de la cifra de negocio de la industria de la alimentación ha caído un -2por ciento de enero a noviembre de 2020 respecto a los mismos once meses de 2019, lo que contrasta con una caída del -12,5por ciento en el total de la industria española. No obstante, en el caso de la industria de las bebidas, la caída ha sido más acusada, del -15,5por ciento. Por otro lado, el IPI (índice de producción industrial) en la alimentación ha caído en 2020 un -4,8 por ciento, muy por debajo de la caída del -10,3 por ciento del total de la industria. No obstante, de nuevo, en la fabricación de bebidas el impacto de la crisis ha sido acusada (-11,6 por ciento).
En el caso del comercio, el índice de la cifra de negocio ha aumentado en 2020 un 0,2 por ciento en alimentos, frente a una caída del -7,1 por ciento en el comercio en su conjunto. Por último, las exportaciones del sector han aumentado en 2020 un 4,3 por ciento, frente a una caída del -10,2 por ciento en el total de bienes de la economía. Son por tanto cifras que hablan por sí solas y que muestran la resiliencia del sector.