VALLADOLID 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Franz Weber ha trasladado al Comité de los Derechos del Niño su preocupación por los incumplimientos que se producen en Castilla y León con respecto a los derechos fundamentales de niñas, niños y adolescentes con la tauromaquia.
La ONG, con estatus consultivo ante este organismo de Naciones Unidas, señala situaciones dañinas para su integridad física y moral, como ofertas de acceso a novilladas y corridas de toros dirigidas incluso a niños con menos de seis años, su participación directa en tentaderos como sucedió en La Higuera (Segovia), Cebreros (Ávila) o Alaejos (Valladolid).
Estas advertencias no son nuevas: en 2018 el CDN incluyó en su proceso de revisión a España una recomendación (nº 25) centrada en la tauromaquia: "A fin de prevenir los efectos dañinos de la tauromaquia en niños, el Comité recomienda que el Estado prohíba la participación de niños menores de 18 años como toreros y espectadores en corridas de toros".
Después de varios años y con un nuevo proceso de examen al Estado español en marcha, los naturalistas advierten del caso omiso que tanto el Gobierno central como el de la Junta de Castilla y León han hecho de esta advertencia.
Por ello, en el Informe Alternativo de Fundación Franz Weber se incluyen decenas de casos de participación directa de menores o incluso las declaraciones del consejero de cultura donde calificaba de "broma" este tipo de denuncias.
Diferentes especialistas han advertido acerca de la exposición de las personas menores de edad a contenidos violentos, comprobando alteraciones en su comportamiento y midiendo diferentes niveles de agresividad y ansiedad posterior.
Estudios de psicólogos, criminólogos, sociólogos y expertos en neuroimagen sobre la exposición a la violencia y su impacto dañino en niños y adolescentes advierten de que la confluencia e interacción de los factores especiales que se da en espectáculos taurinos pueden comportar un riesgo de un impacto nocivo en menores de edad.
Además del evidente riesgo de que el niño sufra angustia e incluso efectos traumáticos originados por la exposición de escenas de agresiones violentas hacia humanos y animales, la exposición a la violencia en la infancia puede contribuir a la normalización de la violencia y fomentar actitudes de aceptación de la agresión.