SALAMANCA, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
Cada día es testigo de los cientos de turistas que llegan a sus pies. Algunos le miran, entre ellos no faltan los que se interesan por saber quién es, pero para otros --no pocos-- pasa desapercibido. El motivo de no contar con mayor protagonismo, a pesar de su escultural estampa y de ser una de las máximas figuras de la literatura española, es que frente a él se encuentra la fachada plateresca de la Universidad de Salamanca (USAL).
El pórtico del Estudio eclipsa al turista, especialmente a aquellos que "buscan la rana" sin percatarse de todo el arte en forma de relieve que recoge la fachada en su conjunto. Ya lo lamentó Unamuno durante su etapa en Salamanca, el pensador vasco criticó que algunosvisitantes se quedasen en el propósito de encontrar la rana e ignorasen todo lo que había a su alrededor.
En medio del ágora, junto a ese icono del Plateresco, está él - en forma de escultura-, profesor de Teología de la Universidad de Salamanca en el siglo XVI, poeta, religioso agustino, humanista, un hombre adelantado a su tiempo, Fray Luis de León.
Su escultura fue erigida en Roma por Nicasio Sevilla. El escultor dio forma a una talla en bronce --1.350 kilogramos--, que se levanta sobre un pedestal de marmol y granito y que fue posible por "suscripción popular", tal y como recoge a sus pies la propia figura.
Se inauguró el 25 de abril de 1869 y desde entonces está en el Patio de Escuelas. En ella se ve al profesor, que apunta hacia adelante y, con la cabeza mirando a los cimientos de la Universidad, parece estar diciendo sus famosas palabras que promulgó, como cuenta la leyenda, tras salir de la cárcel por la Inquisición y volver a las aulas. Esa frase fue: "Decíamos ayer", una ironía que luego utilizó cuatro siglos después Miguel de Unamuno.
Precisamente, ese "Decíamos ayer" está siendo actualmente utilizado por la Universidad de Salamanca como lema para el VIII Centenario de la institución académica. Ahora, el Estudio ha sumado: 'Decíamos ayer, diremos mañana', para hablar de pasado y de futuro.
El poeta, que nació en Belmonte en 1527 y que murió en Madrigal de las Altas Torres en 1591, también fue seguidor de la obra de Santa Teresa de Jesús, una admiración por una mujer muy ligada también a Salamanca.
Ésta es la historia del brillante "vecino" que tiene el Edificio Histórico de la USAL y, junto a él, también se encuentra un reloj de gran tamaño, que lleva inscrito en su frontal el logotipo del VIII Centenario y que marca la cuenta atrás para alcanzar ese efeméride. Cuando llegue ese momento, será Fray Luis de León el primero en ver que ha llegado la hora de felicitar a la institución académica.
LA HUELLA DE FRAY LUIS EN LA CIUDAD
La imagen de Fray Luis de León, promotor de la Escuela de Salamanca y profesor de otras relevantes figuras como San Juan de la Cruz, no es el único reconocimiento de la ciudad, pues tiene un medallón en la Plaza Mayor o da nombre a un instituto de Secundaria, a lo que se suman las relevantes huellas en la USAL.
En la misma universidad, en el interior de su Edificio Histórico, un aula lleva su nombre. En ella, que se conserva tal y como estaba en tiempos del religioso agustino, se pueden escuchar sus palabras y ver su imagen gracias a las nuevas tecnologías.