VALLADOLID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
Entre 1550 y 1551 se celebró en Valladolid una junta a la que asistieron letrados, juristas y teólogos, y en la que destacó la figura del fraile dominico Bartolomé de las Casas, considerado un precursor de los Derechos Humanos al que el Museo Nacional de Escultura --ubicado en el mismo edificio que albergó aquel debate-- rinde homenaje este mes de junio.
La junta, enmarcada en la denominada 'Polémica de los Naturales', fue convocada en el Colegio de San Gregorio de Valladolid para ofrecer una base teológica y de derecho sobre el proceder con los indígenas durante los descubrimientos y conquista de nuevos territorios de ultramar.
En ella, se confrontaron dos posturas antagónicas, una de ellas liderada por el cordobés Juan Ginés de Sepúlveda, que defendía el sometimiento de los indígenas por parte de los españoles dada la "superioridad" de los segundos.
Frente a ellos se pronunciaron los partidarios de las tesis del sevillano Bartolomé de las Casas, que sostenía la racionalidad de los indios y abogaba por sus derechos frente al poder que ejercían los conquistadores.
Su interés por los derechos de los indígenas había llevado a De las Casas a dejar Chiapas, diócesis en el virreinato de Nueva España (actual México) de la que era obispo, para regresar a la metrópoli y combatir en ella los abusos de los encomenderos españoles, los cuales habían conseguido que no se aplicaran las Leyes Nuevas de Indias, dictadas en 1542 para mejorar la situación de este colectivo.
LA ENCOMIENDA
Los encomenderos eran colonos que practicaban el sistema de la encomienda, una figura aceptada por la Corona que convertía a los indígenas en mano de obra forzosa a cambio de la protección de los españoles, quienes asumían también el compromiso de evangelizar a estos pueblos americanos.
Al margen de Ginés de Sepúlveda y De las Casas, participaron en la cita vallisoletana personalidades como Domingo de Soto, Bartolomé de Carranza, Melchor Cano o Pedro de Lagasca.
Aunque la Controversia de Valladolid no tuvo una resolución final, sí marcó el camino para futuras normas que la Corona dictó a lo largo del siglo XVI con el objetivo de frenar los abusos sobre los indígenas, como la consolidación de la figura del Protector de Indios, una suerte de defensor del pueblo para las etnias nativas del Nuevo Mundo.
Por ello, muchos consideran la Controversia de Valladolid --entre ellos la directora del Museo Nacional de Escultura, María Bolaños-- como "un laboratorio de los derechos del hombre" que se desarrollarían en siglos venideros.