Gargantillas de San Blas
EUROPA PRESS

   SALAMANCA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -

   La tradición de las gargantillas de San Blas ha ido pasado de generación en generación como un "remedio divino" para protegerse de los catarros, una forma popular y peculiar de hacer frente a las gélidas temperaturas que todos los inviernos registra la provincia de Salamanca.

   A finales de enero y a las puertas de San Blas es habitual ver a vendedores que se sitúan en el centro de la ciudad, a la espera de quienes quieren proteger sus gargantas como marca esta tradición, muy presente en comarcas como la de Ciudad Rodrigo.

   En la provincia es habitual ver a fieles que llevan colgadas estas cintas consagradas, un "complemento" que se remonta siglos atrás y que habitualmente se mantiene en el cuello hasta el Miércoles de Ceniza, cuando se quema, a la espera de un nuevo invierno y una nueva gargantilla.


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