VALLADOLID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
La provincia de Salamanca, su industria textil y su vida cotidiana durante la posguerra y los cuarteles de San Pablo, Cadenas de San Gregorio o La Rubia en Valladolid, son, junto a los montes aragoneses o Barcelona, algunos de los escenarios de 'Tatuaje', la primera novela que publica el periodista vallisoletano Carlos Cuesta.
En la novela, que ya ha salido a la venta en formato digital y ebook, se narra una historia de amor que sobrevive a más de medio siglo, a los rigores y desencuentros de la guerra civil española, al servicio militar obligatorio y a las dificultades de un pudor propio de otro tiempo.
"Este libro surge de una propuesta de la entonces delegada de la Asociación de Escritores Noveles, Felícitas Rebaque. Ella me puso en contacto con un salmantino auténtico, directo y noble, como ya quedan pocos. Me entregó sus diarios, un secreto tan íntimo que ni su esposa ni sus hijos conocían, y me dio carta blanca para escribir una historia novelada. Quería regalársela a la mujer de la que estuvo enamorado toda su vida y con la que no pudo llegar a casarse, y yo era, de alguna forma, una especie de cómplice", ha señalado el autor, que actualmente reside en Tours (Francia), en declaraciones a Europa Press.
'Tatuaje' aborda los entresijos de un amor frustrado a consecuencia del servicio militar obligatorio de Humberto, nombre que esconde a un hombre de carne y hueso que viajó por todo el mundo en busca de los destinos más arriesgados con tal de olvidar la amargura de sus cartas no respondidas. El azar quiere que un joven músico, Mario, encuentre los diarios de Humberto de los que éste se ha deshecho para evitar que sus hijos descubran una verdad que podrían malinterpretar.
A través de su lectura, se encuentran dos generaciones que entienden el amor, el honor, el pudor y la lealtad de formas bien distintas.
"Una de las cosas más interesantes de escribir este libro ha sido conocer en persona al personaje de una novela que yo estaba, lo creo así, destinado a escribir para él; regresar a través de él a un pasado difícil de comprender para los que no lo hemos vivido, lleno de ambigüedades; rescatar ese pasado del olvido, o reinventarlo, porque a veces su memoria no daba para más, yo tenía que inventarme sus recuerdos y él me decía: *me gusta lo que escribes porque me recuerda a mi vida*", ha asegurado Carlos Cuesta.
"Humberto es un hombre difícil de definir incluso para aquellos que les gustan tanto las etiquetas. A mí me parece que es el fruto de su tiempo, y que aquellos que vivieron la posguerra son bastante más que el lado en el que quedaron después del 39", ha añadido.
Posiblemente, considera el autor, las frases rotundas pero huecas en 140 caracteres de Twitter no tendrían lugar en las cartas largas, manuscritas y desgarradas que Humberto escribió durante años; y su historia parece que es imposible en esta sociedad donde todo pasa de moda incluso antes de aparecer. "La paciencia, la serenidad, la entereza de Humberto me parecen hoy cosa de ficción, cuando lo que en realidad es ficción son algunas de los pasajes de la vida de este señor entrañable, caballeresco, orgulloso".
'Tatuaje' acaba de publicarse en formato digital y electrónico y espera unos buenos resultados de ventas para dar el salto a una edición impresa. "Es paradójico que una historia como la de Humberto, tan epistolar, tan de puño y letra, se edite en primer lugar en digital, pero así es el mundo de hoy. Yo pienso que nada puede superar la sensación del papel entre las manos, pero estos formatos tienen muchas ventajas, como la posibilidad de corrección y de edición continua antes de la impresión en papel o llegar a todo el mundo a través de dos toques de ratón. Ya hay gente que está leyendo Tatuaje en Reino Unido, en Francia, en Tailandia y, por supuesto, en España", declara el autor.
La novela ya está a la venta en formato digital y electrónico a través de la web de la editorial 'El barco ebrio' (http://elbarcoebrio.com/) a un precio de apenas dos euros y en breve saltará a la tienda virtual amazon.com.
Incluso el reencuentro de Carlos Cuesta con la editorial tiene un componente de azar bastante peculiar. "Conocí a uno de los responsables de El barco ebrio, Héctor García Quintana, en Tours (Francia) mientras hacía un máster durante mi excedencia. Éramos sólo dos alumnos, yo buscaba publicar mi novela y el otro era, curiosamente, un editor literario. Si eso no es el destino, yo no sé qué es. La verosimilitud de la ficción, diría Héctor", ha recordado.