Liberado el osezno recogido en Barniedo (León) tras su recuperación

Archivo - El osezno recogido en Barniedo en el proceso para llevar a cabo su liberación.
Archivo - El osezno recogido en Barniedo en el proceso para llevar a cabo su liberación. - JCYL - Archivo
Actualizado: domingo, 17 noviembre 2024 12:01

   El animal regresa a su hábitat recuperado de las quemaduras y en "muy buen estado de salud"

   LEÓN, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -

   El osezno rescatado herido el pasado verano en la localidad leonesa de Barniedo de la Reina ha regresado a su hábitat tras más de tres meses en los que ha pasado por un proceso de recuperación en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid y otro de aclimatación en el centro de la Junta de Castilla y León en Valsemana.

   El animal, al que se ha nombrado Barniedo, ha sido puesto en libertad en una zona próxima al entorno donde fue hallado herido, en un robledal con gran producción de bellota, lo que le facilitará alimento en los próximos meses, según ha explicado la Junta en un comunicado recogido por Europa Press.

   Este proceso de liberación ha sido dirigido por el personal técnico y veterinario de la Junta y ha contado con la participación de veterinarios del Principado de Asturias en una colaboración para compartir conocimiento.

   En concreto, agentes medioambientales y celadores de la Junta, más personal de la Patrulla Oso de la Fundación Patrimonio Natural de la misma administración, se han encargado de ejecutar distintas fases del manejo y traslado de Barniedo, quien fue hallado con quemaduras en el entorno del municipio leonés homónimo, próximo a la superficie afectada por el incendio de Villafrea de la Reina el 27 de julio.

   Antes de ser liberado definitivamente en la naturaleza, Barniedo estuvo desde la noche anterior en una habitación de aproximadamente 25 metros cuadrados, en donde entró para alimentarse, lo que permitió a los veterinarios realizar la sedación con cerbatana para poder trasladarlo a la sala del centro de Valsemana, donde se evaluó su estado de salud.

   Una vez en la sala habilitada, en primer lugar se le extrajeron muestras de sangre y de pelo, lo que permitirá conocer su variabilidad genética, entre otras cuestiones. Asimismo, se le tomaron medidas físicas y se comprobó el estado de las garras que había perdido al lesionarse en el incendio, de las que algunas ya han comenzado a recuperarse.

   Las plantas de sus patas están totalmente recuperadas y no presentan ningún rastro de las lesiones sufridas, mientras el resto de su estado de salud es "muy bueno", con casi 30 kilogramos de peso y "gran energía", lo que contrasta con el estado en el que llegó al CRAS de Valladolid el pasado 2 de agosto, cuando solo pesaba seis kilos.

   Además de evaluar su estado físico, de forma previa a su liberación se le colocó un doble dispositivo de localización. El primero de ellos es un emisor GPS instalado en su espalda, el cual se prevé que sea operativo hasta la llegada del verano, cuando el animal mude su pelaje y el emisor se desprenda, y el segundo es un emisor por radiofrecuencia que puede estar emitiendo señal entre cinco y seis años, si no se desprende.

   Así, los agentes medioambientales, celadores y Patrulla Oso podrán seguir su rastro para conocer sus movimientos en las distintas épocas del año, averiguar sus hábitos de alimentación y prever sus movimientos en función de la disponibilidad de alimento en el monte.

   El responsable de la Patrulla Oso, Daniel Pinto, ha subrayado que tenerlo localiza a Barniedo, que también lleva un microchip, es una herramienta "muy útil" para evitar posibles situaciones de conflicto con los habitantes de las poblaciones más cercanas.

UNA SALIDA RÁPIDA Y BUEN DESPLAZAMIENTO

   La Junta ha precisado que el lugar en el que se ha liberado al osezno es una zona próxima al entorno donde fue rescatado ya que todos los expertos coinciden en que esto facilitará su rápida integración al resultarle seguramente familiar el entorno, donde se movía con su madre y otros dos oseznos antes del accidente.Además, su comportamiento es muy esquivo con los humanos, lo que permitirá una "rápida y perfecta adaptación a la naturaleza".

   El transporte de Barniedo hasta el lugar de suelta se ha realizado en una trampa 'Culvert', donde ha estado monitorizado con una cámara, para comprobar su estado, y acompañado de dos veterinarios.

   Ya en la suelta, una vez se subió la puerta de su transporte, el animal salió corriendo a gran velocidad entre los robles, tal y como ha detallado la Junta, cuyos trabajadores ya han comprobado que, después de un día y medio de seguimiento, Barniedo "se mueve bien" por una amplia zona, lo que probablemente sea un reconocimiento del territorio.

   Según el director veterinario del CRAS de Valladolid y responsable de su liberación, Álvaro Soto, "lo normal es que, si hay abundancia de alimento, no necesite hibernar, ya que lo hacen como recurso cuando hay muchas nevadas y no tienen alimento disponible, por lo que, lo más probable es que haga grandes siestas pero no una hibernación en sentido clásico".

UN PROCESO DE MÁS DE TRES MESES

   El animal fue localizado por personal de la Patrulla Oso de la Fundación Patrimonio Natural de la Junta tras el aviso de los vecinos de Barniedo de la Reina, que vieron a un osezno que aparentemente cojeaba de una de sus patas.

   Posteriormente, celadores y agentes medioambientales de la Junta se incorporaron para su captura y traslado al CRAS de Valladolid, tras comprobar que tenías las plantas de sus patas ensangrentadas, posiblemente por pisar sobre terreno quemado.

   En el CRAS se le desparasitó, se limpiaron y desinfectaron sus heridas y administraron antibióticos para evitar infecciones. Asimismo, se inició un proceso de cura de sus plantas quemadas y de alimentación para que ganara peso y autonomía hasta el momento de su traslado a la finca de aclimatación de Valsemana de la Junta, donde llegó con algo más de 15 kilos de peso.

   Durante su estancia en este recinto cerrado, monitorizado con cámaras y aislado de la presencia humana, se le alimentaba cada dos días lanzándole la comida por encima de la valla hasta alcanzar casi 30 kilos de peso.

   Desde el primer momento, mostró capacidad para trepar fácilmente a los árboles y poca relación con Cova, la osa recogida herida en Asturias con la que compartió recinto durante unas semanas.

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