VALLADOLID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
El programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Caixa ha atendido a 11.620 pacientes y 23.340 familiares en hospitales, residencias y domicilios de Castilla y León con el apoyo de la Consejería de Sanidad desde su puesta en marcha en 2008.
En Castilla y León el programa lo desarrollan los Equipos de Atención Social (EAPS) con el apoyo de la Consejería de Salud en trece centros sanitarios, 19 equipos domiciliarios y ocho residencias de personas mayores.
Mayor bienestar y mejor estado de ánimo son las principales conclusiones de la última evaluación que, coincidiendo con el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, ha presentado el programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación "la Caixa".
Todo ello tras evaluar la efectividad de las intervenciones de los Equipos de Atención Psicosocial (EAPS) en España con datos recogidos durante 2021 y 2022. La evaluación, impulsada por la Fundación "la Caixa" y realizada por la Cátedra de cuidados paliativos de la Universidad de Vic - Central de Cataluña (UVIC/UCC) juntamente con el Institut de Recerca Germans Trias i Pujol (IGTP), cuenta con una muestra de 6.471 pacientes en situación de enfermedad avanzada. La edad media de las personas atendidas es de 73 años.
Del total, el 52 por ciento son mujeres y el 48 por ciento hombres. El 61 por ciento padece una enfermedad oncológica y el 39 por ciento otro tipo de patología.
Una de las principales conclusiones de la evaluación impulsada por el
Programa es la mejora del ánimo: en la primera visita, el 78 por ciento se sentía regular o mal. Después de la intervención de los Equipos de Atención Psicosocial (EAPS), este porcentaje se reduce a menos de la mitad.
El aspecto relevante es que, tras recibir atención psicológica, social y espiritual, un 66 por ciento considera que sus creencias y valores le ayudan a enfrentarse a la situación, ya que se refuerzan las fortalezas y recursos que tienen las personas en situación de final de vida.
La sensación de tristeza también mejora tras la intervención psicosocial: en la primera visita, cerca del 50 por ciento de las personas se sentían bastante o muy tristes; después de recibir atención el porcentaje se reduce al 17 por ciento.