Más de 40 puestos formarán parte del Mercado Medieval que celebra Quintanilla de Onésimo junto a la Feria de la Vendimia

VALLADOLID 10 Oct. (EUROPA PRESS) -

La localidad vallisoletana de Quintanilla de Onésimo acoge este fin de semana el Mercado Medieval, que contará con más de 40 puestos, y la Feria de la Vendimia, dos eventos que combinan cultura, gastronomía y enología "en un ambiente festivo y familiar".

Así lo ha presentado este jueves, 10 de octubre, el diputado de Promoción Alimentaria y Consumo, Moisés Santana, acompañado del alcalde de Quintanilla de Onésimo, Carlos del Barrio, y de la teniente a alcalde, Montse Benito.

En este marco, Santana ha puesto en valor las "muchas horas de trabajo, de preocupación, incluso de desvelo, por parte de los viticultores, que están pendientes de la viña los 365 días del año", de esta forma buscan que sirva de homenaje "a lo mucho que han enseñado".

Por su parte, Del Barrio ha destacado que se trata de una festividad que comenzó por los vecinos del pueblo, ya que los puestos eran suyos y y de algunos artesanos de la zona. "Ahora se ha consolidado en el municipio y en los de alrededor", ha añadido.

Además, ha añadido que a lo largo de estos días la población se triplica, han llegado a contabilizar "hasta 3.000 personas en las horas más transitadas, de los 1.000 vecinos que hay en el pueblo".

Las calles de Quintanilla de Onésimo se llenan de puestos artesanales, gastronómicos, espectáculos de juglares y cetrería, así tanto vecinos como visitantes "disfrutarán" de una atmósfera "única".

El Mercado Medieval contará con una "gran" variedad de productos artesanos como cerámicas, tejidos, bisutería y una selección de delicias gastronómicas. Además de la oferta artesanal y gastronómica, los pequeños también tendrán su espacio con talleres infantiles y carruseles.

Por otra parte, la Fiesta de la Vendimia rendirá homenaje a la tradición vitivinícola local, con actividades centradas en la cultura del vino, aquí los asistentes podrán presenciar la pisada de la uva a la manera tradicional, para después degustar el "delicioso" mosto junto a las pastas artesanas locales.