VALLADOLID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El cineasta francés Michel Hazanavicius, quien ha presentado su última película en la 69 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), ha advertido de que "en cada uno" hay "un potencial genocida", así como "una potencial víctima de una catástrofe".
Así lo ha expuesto en una rueda de prensa en la última jornada de la 69 edición de la Semana vallisoletana, donde se ha proyectado en Sección Oficial fuera de concurso su primer filme de animación, 'La mercancía más preciosa' ('The most precious of cargoes', largometraje basado en la novela homónima de Jean-Claude Grumberg.
La cinta traslada a la época del Holocausto, en la que una pareja recoge un niña bebé que ha sido arrojada desde un tren que atraviesa un frío bosque y que se dirige a un campo de concentración que, si bien en la película no se nombra, representa a Auschwitz. La niña cambiará la vida de quienes se crucen en su camino en este conmovedor cuento invernal pictórico que trata así las consecuencias y el dolor de la guerra.
Hazanavicius, ganador del Oscar por 'The artist', ha explicado que su nuevo filme es "extremadamente pacífico" pero, no obstante, puede interpelar a cada uno de los espectadores al tener personajes sin nombres, desarrollarse en lugares no nombrados y en una época "no realmente definida".
"Se apoya en el Holocausto pero el nombre judío nunca se pronuncia, ni nazi, porque la idea de este cuento es mostrar lo mejor del hombre, pero también lo peor", ha detallado el cineasta, para añadir: "En cada uno de nosotros hay un potencial genocida y una potencial víctima de una catástrofe, pero también alguien que toma decisiones correctas y que va a elegir la humanidad".
En este contexto, y cuestionado por si lo retratado en el filme puede interpelar a la Europa actual y medidas como el envío de inmigrantes a Albania desde Italia, ha reflexionado que "los justos son los que no son indiferentes al sufrimiento de los demás, los que extienden la mano y los que salvan el honor de la humanidad".
"Es quizá una interpelación a los europeos o a los que se sientan extranjeros al conflicto y al malestar de los demás. Es decirles que nosotros tenemos la elección, en cualquier momento, de comportarnos bien en situaciones dramáticas", ha apostillado.
APUESTA POR LA ANIMACIÓN
Por otro lado, Hazanavicius ha enmarcado su inmersión en el cine de animación en la idea de derribar la idea "estúpida" de que este es "más para los niños". "El cine ha tenido los ojos cerrados a la animación", ha lamentado, para ensalzar filmes como 'Coco' o 'Toy story' o directores como Miyazaki, y recordar que hay distintas estéticas en este tipo de cine.
Asimismo, ha precisado que inició esta experiencia sin "grandes conocimientos a priori", si bien ello le ha permitido "cometer errores" y "hacer cosas que un especialista no habría hecho", lo que ha aportado, a su juicio, "cierta frescura" a su propuesta.
En este caso, el director ha optado por una estética más clásica partiendo de la reflexión de que era un filme adaptado de un libro. "He tenido la sensación de que era una historia que existía desde siempre y quería que fuese una especie de recuerdo que se levantaba así a la conciencia, como si fuera algo que se exhumaba del pasado y se trataba en el presente", ha relatado.
Al respecto, ha agregado que quería una animación "no moderna", por lo que se inspiró un poco en la primera animación de Disney para plasmar el bosque, las ramas, la casa de los leñadores o ciertas texturas, mientras ha optado, por el contrario por personajes "más duros".
Además, se ha inspirado en la pintura clásica, como autores rusos o de la escuela francesa del siglo XIX, para los "planos más amplios", y ha mirado también a la estética de los autores japoneses. Con esta inspiración, ha llegado a una estética que mezcla ilustraciones "que se corresponden con la imagen de un cuento".
"Es una estética que cambia porque no es la misma al principio que al final. La película cambia y va de la ficción a la realidad"; ha sentenciado el director, quien ha destacado también la importancia de la música, el diálogo y el ruido en un filme de animación, ya que son los únicos elementos de "la vida real".
Por último, ha resaltado que no es un cineasta que tenga un objetivo concreto con sus películas o busque "ser coherente" con su obra. "Trato de funcionar por el deseo. "Solo la honestidad del deseo, en el momento en el que decido poner en marcha una pelicula, es lo único que me guía", ha sentenciado.