Recoge la Espiga de Honor que le otorgó la Seminci en su 63 edición y que no pudo recoger por estar en arresto domiciliario
VALLADOLID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
El cineasta Mohammad Rasoulof, cineasta huido de Irán al ser condenado a ocho años de prisión y flagelaciones, ha lamentado que su destino parezca ser "buscar siempre la libertad y no poder alcanzarla" ya que lo que más desea es "poder volver" y "trabajar" en su país, pero no tiene "esa libertad de hacerlo".
"Esa libertad que yo estoy buscando sigue sin existir", ha señalado el director en declaraciones recogidas por Europa Press en el marco de la 69 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), en la que ha recibido este miércoles la Espiga de Honor que le otorgó la 63 edición del certamen, en 2018, cuando el iraní no pudo acudir al encontrarse en arresto domiciliario impuesto por el régimen.
Rasoulof, quien abandonó territorio iraní en mayo al confirmarse la sentencia en su contra por "colusión con la intención de cometer crímenes contra la seguridad del país", ha recogido este premio en el marco de la proyección en la Semana vallisoletana de su última película, 'La semilla de la higuera sagrada', premio especial del Jurado y de la crítica en el Festival de Cannes.
Ganador con 'La vida de los demás' del Oso de Oro de la Berlinale en 2020, el director presenta su nueva cinta a Iman, un abogado que trabaja para el gobierno iraní y está camino a convertirse en juez pero, cuando se hace consciente de lo que conlleva su nuevo cargo, empieza a cuestionar el sistema en el que se encuentra, mientras en su hogar se desatan los conflictos con su esposa y sus dos hijas.
Esta historia sobre la "intimidad de una familia" se desarrolla en el marco de las protestas de 2022 por la muerte de Mahsa Amini a manos de la Policía por no llevar bien el velo, lo que desató el movimiento 'Women, life, freedom'.
"Cuando todo eso ocurrió, no era simplemente la situación del velo, sino era un estado de decir basta ya, y un estado de decir no quiero que nadie me esté mandando cómo vestirme, cómo pensar, cómo moverme o cómo vivir", ha explicado el director, quien vivió este movimiento desde una cárcel.
Rasoulof considera "clave" este momento porque supuso que la sociedad empezase a "cambiar", lo que cree que desde entonces y a futuro "afecta en todos los aspectos de la vida" de la población de Irán, incluso la de personas que trabajan para el régimen.
"Muchas de esas personas, sabiendo que están arriesgando la vida, dice claramente que no quiere volver a trabajar para la censura. "Todo está como cambiando", ha aseverado el cineasta, quien en su última cinta se ha fijado, precisamente, en un trabajador de la cárcel en la que estuvo.
La película aborda así la situación en Irán desde "el punto de vista de alguien que trabaja para el enemigo" y lo hace por la experiencia que tuvo Rasoulof al analizar el "estado psicológico" de personas que trabajaban para el Gobierno, como el mencionado trabajador, que le confesó que "estaba sufriendo" por lo sucedido en 2022, incluso hasta el punto de pensar en el "suicidio".
LA "FUERZA" DE LA JUVENTUD
Esta confesión llevó a que a su salida de prisión el cineasta investigase sobre los trabajadores del Gobierno y ahondase en todo lo ocurrido en las protestas, un movimiento que se incluye en la película a través de vídeos reales grabados especialmente por jóvenes, de quienes ha destacado su visión para "captar esos momentos históricos" que muestran el "poder" del pueblo, algo que, ha admitido, no podría haber escenificado.
En este sentido, ha incidido en que existe una brecha generacional en Irán y ha ensalzado la "fuerza" de la juventud que quiere ser ella misma y "cambiar las cosas". Y es que, precisamente, se considera una persona "apasionada" por "creer y transmitir que las decisiones de cada uno tiene una influencia enorme en el destino y todo lo que le rodea".
Esto también le lleva a un tema recurrente en sus proyectos, la búsqueda de la libertad y por parte de personajes femeninos, ha reconocido. "Es en cierto modo fácil porque es realmente mi historia de vida. Es lo que he estado haciendo, luchar contra la censura, contra algo que me supera. Esos personajes soy yo", ha apostillado.
Cuestionado por su huida y estancia en Alemania al no poder volver a su país para no ser detenido, Rasoulof, quien ha confesado que tiene "muchos proyectos en la cabeza", ha apuntado que pese a no estar físicamente en su tierra, sigue "conectado con Irán" gracias a la tecnología.
"Aunque esté fuera, mi contacto estrecho con Irán es muy fuerte, igual o todavía más fuerte", ha clamado, para precisar que ahora está buscando ese "punto común que existe entre todos los problemas" de su país y los del "mundo entero".
En este contexto, ha asegurado que "no cierra las puertas" a trata en su obra una temática no relacionada con Irán, si bien advertido de que ahora es un momento difícil para pensar en estas propuestas porque está viajando para presentar 'La semilla de la higuera sagrada' y quiere tener "libertad para tomar una buena decisión" en su futuro cinematográfico, una libertad total a la que, sin embargo, considera que no podrá llegar al verse obligado a huir del régimen iraní.
Por último, Rasoulof ha agradecido a Seminci la Espiga de Oro que le otorgó en 2018 y recoge ahora, así como el libro "tan bonito" que le dedico el certamen. "Mi deseo se ha hecho realidad", ha manifestado sobre la oportunidad de estar por fin en Valladolid tras seis años.