La operación ha estado dirigida desde Salamanca, con apoyo de la Europol
SALAMANCA, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil y la Policía Nacional, con apoyo de Europol y la colaboración de la Policía de Rumania, han detenido a once integrantes de una organización criminal a la que se le atribuye al menos un centenar de robos en viviendas por todo el territorio nacional.
Según fuentes del Instituto Armado, esta intervención, denominada operación 'Nagy-Kazan' y dirigida por el Juzgado de Instrucción número 2 de Salamanca., ha permitido el desmantelamiento del grupo y el arresto de sus miembros en las localidades de Torrejón de Ardoz, Coslada, Alcalá de Henares, Madrid-Capital y Salamanca, todos ellos de nacionalidades del este de Europa (rumanas, moldavas y búlgaras) y entre los que se encontrarían los máximos responsables de la organización.
Para ello, los agentes han realizado un total de 15 registros, once de ellos en diversas localidades de la Comunidad de Madrid y los otros cuatro en Rumania, en los que han intervenido tres vehículos que eran empleados para la comisión de los hechos delictivos, así como teléfonos móviles, numerosas herramientas y material sustraído.
Asimismo, según las primeras investigaciones, los responsables del caso atribuyen a este grupo organizado un total de 97 robos con fuerza cometidos en viviendas de toda la geografía nacional, con una cuantía estimada por material sustraído y daños causados de 500.000 euros.
Esta operación ha sido desarrollada por Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Salamanca y por personal perteneciente a la UCDEV de la Comisaría General de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía.
CALDERAS Y RADIADORES
La organización se dedicaba "de forma sistemática" al robo con fuerza en viviendas, principalmente en aquellas que se encontraban en su última fase de construcción, con el fin de llevarse el equipamiento instalado, especialmente las calderas de gas y los radiadores del sistema de calefacción, ha informado la Guardia Civil a Europa Press.
Una vez que tenían el material en su poder, los componentes de la organización introducían en el mercado negro español "una mínima parte" y, posteriormente, enviaban semanalmente a Rumania el grueso de la mercancía para comercializarla y obtener "grandes beneficios".
Durante las investigaciones, los agentes han podido interceptar el último envío del material robado que miembros del grupo estaban llevando a Rumania, según ha destacado la Benemérita en Salamanca.
La investigación, para su desarrollo, fue dividida en dos fases, una primera realizada en territorio nacional, donde se encontraban asentados los integrantes de la organización que ejecutaban los robos y enviaban la mercancía sustraída a Rumania, y otra fase en territorio rumano donde se encontraba la parte de la organización que recogía y comercializaba la mercancía sustraída en España.