VALLADOLID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Fiscalía de Valladolid solicita una condena de cuatro años de cárcel para un hombre que en marzo de 2020 acudió a la frutería del comerciante denunciado en su día por matar a un perro de una patada y al que a modo de venganza, presuntamente, golpeó en la cabeza con una barra aprovechando que le daba la espalda mientras le atendía.
La víctima de la agresión, E.C.C, es la misma que en 2019 saltó a los medios de comunicación tras el incidente registrado en diciembre de ese año cuando propinó una patada mortal a un perro después de que el can miccionara en la fachada de su comercio.
Koki, un mestizo de 14 años, murió siete días después a causa de las lesiones sufridas, circunstancia que se tradujo en una campaña en redes sociales contra el frutero que éste denunció, sin éxito, ya que la misma acabó siendo archivada por el Juzgado de Instrucción 6 en 2020.
Aquel episodio contará ahora con una nueva secuela que podría suponer una pena de cárcel para quien el 13 de marzo de 2020, en un supuesto intento de tomarse la justicia por su mano, se presentó esa tarde en el establecimiento del frutero señalado, en la calle Fuente El Sol, en La Victoria, para ajustar cuentas por la muerte del can.
El acusado, J.M.L, casualmente pareja sentimental de la integrante de una asociación animalista, aprovechó el momento en que no había nadie y poco antes de que el establecimiento cerrara accedió al interior y pidió al titular varios productos que había a su espalda.
"DESPREVENIDO Y SIN CAPACIDAD DE REACCIÓN"
Fue entonces cuando, siempre según la tesis del fiscal, el acusado sacó una barra metálica o similar que llevaba al efecto y propinó al comerciante, "cuando estaba de espaldas, desprevenido y sin capacidad de reacción", un fuerte golpe en la parte superior trasera de la cabeza que le hizo tambalearse, para acto seguido darle un segundo golpe en el dorso de la mano derecha con la que trataba de protegerse.
La víctima cayó al suelo donde el acusado le golpeó dos veces más en la frente, dejándole inconsciente. Acto seguido, y tras coger la bolsa con los productos que había pedido por valor de 18 euros y que no había pagado, abandonó el lugar.
En su escrito de calificación provisional, la acusación pública sostiene atribuye tal incidente, tipificado como un delito de lesiones y otro leve de hurto, como represalia por un incidente anterior en el que se había visto implicado el comerciante, al que imputaban la muerte de un perro al que había propinado una patada.
Del mismo se habían hecho las redes sociales y concretamente, a través de un tuit, la asociación animalista de cuya cuenta es administradora la pareja sentimental del acusado.
Como consecuencia de la agresión, el frutero, de 60 años, sufrió traumatismo craneal, dos heridas inciso contusas en cuero cabelludo frontal y parietal derechas y traumatismo en la mano derecha que precisaron para su curación de tratamiento médico.
Además de los cuatro años de cárcel y la multa de 1.080 euros, el fiscal del caso solicita, en concepto de responsabilidad civil, el pago de indemnizaciones por importe superior a los 3.000 euros en favor del perjudicado, en concepto de lesiones y secuelas, junto con otras menores por la rotura de sus gafas y distintos desperfectos ocasionados en el local.