VALLADOLID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
En 1909, doce años después de su inauguración, el Ayuntamiento de Valladolid decidió sustituir el sistema de alumbrado público de petróleo por otro más moderno basado en el uso de energía eléctrica, que mejoró la visibilidad nocturna y favoreció los paseos vespertinos de sus entonces 70.000 habitantes.
Para ello, el Consistorio encargó a la empresa Siemens, que había desembarcado en España 14 años antes, la renovación total de sus luminarias y la innovación del sistema de abastecimiento energético de las mismas.
Así, se habilitó una antigua fábrica de tejidos para la generación del fluido eléctrico con el que iluminar tanto las calles adyacentes a la Plaza Mayor, como el Círculo de Recreo Mercantil. A partir de entonces, dicha factoría textil pasó a ser conocida popularmente como 'La Electra'.
Merced a esta obra, el alumbrado dejó de funcionar con petróleo e implementó un nuevo método de iluminación como es el eléctrico que permitió, entre otras cosas, que los serenos dejaran de subir con escaleras a lo alto de las farolas para instalar cada noche las luminarias, si bien continuaron con sus rondas de noche para velar por la seguridad de los vecinos.