Renate Reinsve coge carrerilla en 'The Worst Person in the World', en la que Trier eleva a su principal femenina

Fotograma de 'The Worst Person in the World'.
Fotograma de 'The Worst Person in the World'. - SEMINCI
Actualizado: lunes, 25 octubre 2021 21:36

   VALLADOLID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -

   El estreno en España de 'The Worst Person in the World', del realizador noruego Joachim Trier, ha tenido lugar este lunes en el marco de la 66 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), un filme cuya protagonista, Renate Reinsve, ha logrado ya el premio a mejor actriz en el festival de Cannes, donde tuvo su premiere mundial.

   Ella interpreta a Julie, a punto de cumplir los 30 y sin un camino vital bien definido, de quien Trier se vale para explorar temas como las relaciones, el amor, el compromiso, el feminismo o la maternidad en una película que viaja casi sin esfuerzo de la risa a la congoja y que cala hondo a pesar de su aparente envoltorio liviano.

   Cuatro años después de 'Thelma', el también realizador de 'Oslo, 31 de agosto', vuelve a situar sus piezas sobre el tablero de la capital noruega, su ciudad natal, a través de cuyas calles permite siempre a sus personajes un paseo en apariencia contemplativo pero que invita a la introspección.

   De nuevo, al igual que su anterior filme se vale de un personaje femenino para abordar el desasosiego constante que supone hacerse mayor. Pero si en 'Thelma' Trier presentaba un coming-of-age en forma de thriller psicológico sobre la adolescencia, 'The Worst Person in the World' centra el tiro en el umbral de la vida adulta, un momento en el que las decisiones comienzan a tener consecuencias serias en la vida y que Julie, al igual que el resto, no está preparada para afrontar.

   Indecisa por naturaleza pero, al mismo tiempo, guiada por una pasión irrefrenable, Julie va de flor en flor en busca de su vocación y, en el camino, conoce a Aksel, un famoso dibujante de cómics. Ambos se adentran en una relación que hará ver a Julie el peso del compromiso una vez pasados los 30, al tiempo que se da cuenta de que aún no tiene claras las decisiones más importantes de su vida, que empiezan, a su pesar, a antojarse cada vez más urgentes.

   Pero los dilemas universales dejan también sitio al toque cómico y al romance, espacios que permiten tomar aire en una narración de 121 minutos de metraje que, si bien cambia sus marchas, nunca pierde ritmo, y en los que la vida pasa, literalmente, ante los ojos del público.