Remarca que los festivales como la Seminci son un "faro de esperanza" ante el "colonialismo" de la industria cinematográfica de EEUU
VALLADOLID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
El veterano director británico Ken Loach, que ha presentado este viernes su última película, 'El viejo roble', en el marco de la 68 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), ha alertado del "peligro" ante el que se encuentra el mundo debido al "auge actual de la extrema derecha".
En la rueda de prensa posterior al estreno en España que ha acogido este viernes el céntrico Teatro Calderón de Valladolid, el director ha subrayado que en la actualidad los conflictos de la sociedad se han hecho cada vez "más intensos", por lo que su último filme ahonda en la solidaridad y muestra que aún se puede confiar en el ser humano.
Por ello, ha explicado Loach, las últimas tres películas que ha dirigido han buscado representar la "intensidad y las dificultades" de esos conflictos, si bien se han convertido en producciones "más austeras, reducidas al esqueleto para que sean muy precisas a la hora de narrar los hechos".
"Espero que las últimas películas que he dirigido aporten una imagen del mundo en el que vivimos, que puede parecer en un principio local, pero dichas situaciones también existen en el resto de Europa y del mundo", ha apostillado el cineasta británico.
En este marco, Loach ha señalado que el "ascenso de la extrema derecha" es el momento "más peligroso" que ha visto en toda su vida, y ha recordado que nació en 1936, época en la que se produjo el alzamiento en España, un tiempo de "gran pobreza y necesidad" que tuvo "desastrosas consecuencias".
"No puedo recordar un momento en la historia en el que la extrema derecha fuese tan fuerte como ahora", ha aseverado Ken Loach, quien ha explicado que en su infancia vio las imágenes de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y esas "horrorosas imágenes ponen de manifiesto lo que la extrema derecha puede hacer".
Por este motivo, el director de 'El viejo roble' ha advertido de que el mundo se encuentra en un momento de "gran peligro", por lo que es "necesario reconocer esta problemática" para que la humanidad "se una y encuentre un camino unirnos que le de esperanza de un cambio potencial, porque las políticas de los años 30 son devastadoras".
Para Loach, la "extrema derecha sabe que es rentable hablar de la inmigración, que tiene que ver con los conflictos armados, para criminalizar a las personas y evitar hablar de los verdaderos problemas".
"FARO DE ESPERANZA"
En la misma línea, Loach ha destacado que los festivales como la Seminci son un "faro de esperanza" porque sin ellos el mundo del cine "estaría perdido". También ha remarcado que el festival vallisoletano es "fantástico", motivo por el que ha resaltado la "importancia" de estos eventos en la actualidad debido a que el dominio de las películas comerciales es "abrumador".
Asimismo, Loach ha recordado la reciente huelga de guionistas, a consecuencia de la cual todo el mundo del cine tuvo que parar durante varios meses. "Esta circunstancia viene a demostrar que estamos colonizados por la industria cinematográfica estadounidense", ha aseverado, al tiempo que ha asegurado que esto "tiene que ser malo", puesto que significa que no hay una industria independiente que pueda reflejar las historias verdaderas y la perspectiva europea".
Para el realizador británico, el medio cinematográfico es "mucho más" que el negocio de Hollywood y es "necesario tener una independencia europea que retrate toda la diversidad española, inglesa, escocesa, nórdica, etc.".
"Tenemos muchas culturas y el cine es capaz de reflejarlas", ha sentenciado el director de 'El viejo roble', para después señalar la "importancia de configurar una industria cinematográfica europea robusta e independiente".
COMPRENDER EL RACISMO
Entre los objetivos que pretendía conseguir con 'El viejo roble', película estrenada en España este viernes, el cineasta británico ha señalado que buscaba exponer la manera de comprender cómo se desarrolla el racismo, razón por la que ha intentado ver cómo se despliega y retratar sus raíces, así como las "mellas que genera esa hostilidad entre los autóctonos y los migrantes desplazados".
Lo que Loach ha tratado de explicar en este filme es cómo la "extrema derecha aprovecha el momento" en el que una comunidad pierde la esperanza --al no haber trabajo, desplomarse la economía y perder valor de vivienda-- y se ve abandonada al no percibir esperanza en su futuro, "para culpar de sus desgracias a los de abajo, a los inmigrantes, que en realidad están peor que ellos".
No obstante, el realizador nacido en Nuneaton, localidad inglesa del condado de Warwickshire, ha precisado que esta cinta "no es un disurso político, sino que es un relato para mostrar cómo hay buena gente que es susceptible al problema del racismo".
Por esta razón, la película pone de manifiesto cómo la esperanza reside en la solidaridad y no en la caridad, puesto que refleja la manera en la que al apoyarse mutuamente, las personas "son fuertes y pueden ser capaces de ver una salida". "Si todos los obreros del mundo se dieran cuenta del poder que tienen en realidad, serían imparables", reivindica el personaje principal durante uno de los diálogos del largo.
El último largometraje de Ken Loach es un drama de corte social que toma como escenario un barrio obrero de Durham, localidad situada en el noreste de Inglaterra, donde Loach fija su mirada en el giro xenófobo de una clase obrera desahuciada olvidada por políticos e instituciones al tiempo que restaura la esperanza en la solidaridad entre los trabajadores, algunos de los cuales se ven soliviantados con la llegada de un grupo de refugiados sirios.
Este largometraje se llevó el Premio del público en el Festival de Locarno tras su paso por Cannes y ahora recala en el festival vallisoletano para retratar la historia de un antiguo pub regentado por TJ (Dave Turner), 'El viejo roble', cuyas paredes no solo acogen a los vecinos de la zona, también atesoran la memoria de la industria minera que hasta los años ochenta dio sentido y trabajo a los lugareños.
De acuerdo con la información aportada por el festival de cine, el cineasta nacido en Nuneaton, localidad inglesa del condado de Warwickshire, vuelve a la Seminci en el que probablemente sea el último largometraje de otro viejo conocido de Valladolid. En este filme, Loach lleva a cabo una de sus lúcidas radiografías de las consecuencias devastadoras del capitalismo, poniendo el foco esta vez en en el desmantelamiento social y en la gentrificación de antiguos barrios obreros, y en cómo consecuentemente consigue cuyajar la ideología ultra entre estas clases desposeídas.
De esta forma, Loach y su guionista habitual, Paul Laverty, se paran a escuchar las razones de estos protagonistas al tiempo que demuestran cómo la llegada de los refugiados contribuye a revitalizar el sentido de solidaridad obrera en la zona.
Preguntado por el futuro de su relación profesional con el guionista Paul Laverty, con quien ha realizado 16 películas, Ken Loach ha señalado que su colaboración comenzó en 1991 con una correspondencia entre ambos cuando Laverty cubría como observador de derechos humanos los ataques de los Contras al gobierno sandinista de Nicaragua.
"Laverty puso el foco en el terrorismo de Estados Unidos", ha indicado Loach, razón por la que hicieron una película conjuntamente al respecto y desde entonces no han parado de colaborar.