En zonas cada vez más cálidas están disminuyendo los árboles de bosques de ribera
BARCELONA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio, liderado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), ha señalado que las especies de árboles que comparten rasgos como raíces gruesas y grandes u hojas finas son las que más se están expandiendo en España debido al cambio climático.
Publicado en 'Journal of Ecology', ha analizado 25 años de evolución de más de 445.000 árboles en la Península Ibérica para descubrir cómo les ha afectado la combinación entre el abandono rural y el cambio climático, informa el Creaf en un comunicado este jueves.
Los datos muestran que en las zonas que cada vez son más calurosas y secas "gana terreno" el pino carrasco (Pinus halepensis) y el alcornoque (Quercus suber), porque tienen tolerancia a temperaturas y sequedad más altas.
Por otro lado, están disminuyendo las asociadas a bosques de ribera como el aliso común (Alnus glutinosa), que "ya estaban cerca de su límite" y, con el aumento de temperatura, ya no pueden vivir ahí.
Respecto a regiones más frías y húmedas, se están expandiendo algunas especies como el haya (Fagus sylvatica) y el roble de hoja ancha (Quercus petraea) y han disminuido coníferas como el pino marítimo (Pinus pinaster).
El motivo es porque los ecosistemas más gélidos se están volviendo "más cálidos" y los árboles que antes no podían establecerse porque hacía demasiado frío ahora sí que pueden hacerlo; y otro motivo podría ser que hay mucha menos tala que antes.
TEMPERATURA Y SEQUEDAD El autor principal del estudio, Josep Padullés, ha afirmado que Cada especie de árbol, igual que cualquier animal, puede vivir en un gradiente de temperatura y sequedad determinado y, "si se sobrepasa este umbral por encima o por debajo, ya no puede crecer allí".
"La cuestión es que con el aumento de temperatura estas condiciones pueden cambiar y nuestra investigación aporta nuevos datos de cómo puede afectar a la distribución de los árboles", añade.
RAÍCES Y HOJAS MEJOR ADAPTADAS
El estudio señala que, en el caso de condiciones secas, destacan las especies con raíces más grandes y gruesas en relación a la medida total del árbol, ya que pueden acceder a capas más profundas del suelo para conseguir agua y "lidiar con la falta de agua".
En zonas frías, un factor que favorece la supervivencia son las hojas finas, "baratas de producir" y con mucha superficie para captar luz, hacer la fotosíntesis y conseguir nutrientes: esto hace que árboles planifolios y caducifolios, como robles o fresnos, tengan más tolerancia a la sombra y supone una ventaja en bosques frondosos.
En cambio, las coníferas, como los pinos, tienen hojas más gruesas, pequeñas y duras, que son útiles en zonas áridas porque pierden menos agua por transpiración, pero cuestan más de producir y no tienen tanta superficie para captar luz.