BARCELONA 29 Feb. (EUROPA PRESS) -
El escritor Arturo San Agustín ha presentado este lunes su libro 'En mi barrio no había chivatos' (editorial Comanegra) como la crónica de la Barceloneta en la que creció y empezó a saber de la vida desde los años 50, para lo cual se ha basado en la vida cotidiana, pero también en las historias extraordinarias que hay dentro de ella.
Lo han presentado la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin; el escritor Rafel Nadal y el editor de Comanegra, Joan Sala, y han asistido el exalcalde de Barcelona Jordi Hereu y muchos vecinos de la Barceloneta, algunos de los cuales coprotagonizan el libro.
San Agustín ha explicado que no es una crónica escrita en primera persona, sino que "el barrio habla en el libro", porque basta con reflejar a los vecinos, los sitios y las experiencias para explicar la Barceloneta.
También la describe narrando todo lo que aprendió y quién se lo enseñó: de niño, un gitano del Somorrostro le advirtió de que "la vida es defenderse" y un pescador le reveló qué es el horizonte, mucho antes y mejor que como se lo iba a explicar el escultor Chilllida décadas después.
En 25 capítulos, explica además que en el barrio aprendió la amistad, la lealtad y la aventura, a veces infantil pero a veces también peligrosa, desde el contrabando de los "piratas buenos" que sólo buscaban sobrevivir hasta la mafia.
GALA PIN Y RAFEL NADAL
La concejal Gala Pin ha dicho que "la forma de construir la historia en mayúscula es ir narrando la historia en minúsculas", por lo que ha elogiado que el libro esté construido con el relato cotidiano.
Pin --a la que un vecino le ha reclamado más lavabos y más seguridad en el barrio-- ha asumido el reto de conservar lo mejor de la Barceloneta: "Creo que estamos a tiempo de salvarla y mantener el espíritu unitario y canallesco" que ella ve reflejado en el libro.
El escritor Rafel Nadal ha explicado que en esta crónica hay "emociones, sentimientos, pasiones, sacrificios, renuncias" y pequeñas batallas por la supervivencia en el barrio, y ha añadido que la literatura de San Agustín no necesita personajes exagerados, sino sólo reflejar la realidad, basada en la observación y después en la precisión de la prosa.