Lanza unos premios a sus proveedores que más reducen la huella de carbono
BARCELONA, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
Bodegas Torres ha invertido 12 millones de euros en lucha contra el cambio climático entre 2007 y 2017 en el marco de su iniciativa Torres & Earth, a la que destina un 11% de los beneficios anuales con el objetivo de reducir un 30% las emisiones de CO2 por botella de 2008 a 2020.
Las actuaciones realizadas hasta ahora han permitido una reducción del 15,6%, y para conseguir el objetivo de 2020 ha impulsado unos premios para implicar todavía más a sus proveedores, con reconocimientos en tres categorías: viticultores, logística y envasado, que en la primera edición han recaído en Canela, JF Hillebrand y Vidrala, respectivamente.
El presidente de la compañía, Miguel Torres, ha atribuido la implicación de la bodega en la lucha contra el cambio climático a que el aumento global de temperaturas afecta negativamente a los viñedos, y ha deseado: "Ojalá el compromiso se extienda a más empresas y que el calentamiento global no sea tan grave".
Torres ha hecho una gran apuesta por las energías renovables, pero el presidente ha criticado las trabas administrativas a la energía fotovoltaica: "Para pedir el permiso debes tener la instalación finalizada, y luego los trámites administrativos acumulan más de seis meses de demora hasta que puedes conectar las placas solares. Tenemos unas placas instaladas desde mayo y se está perdiendo energía".
Bodegas Torres hace especial hincapié en las renovables, la eficiencia energética y el transporte ecoeficiente, con actuaciones como la instalación de una caldera de biomasa en su bodega de Pacs del Penedès (Barcelona), la reforestación de bosques, un tren solar para visitantes, la reutilización de agua de lluvia, y tractores que funcionan con biometano, entre otros, que han permitido reducir un 40% sus emisiones propias de CO2.
La compañía, que además participa en proyectos de I+D sobre cómo afecta el cambio climático a la viña y la uva, también está apostando por nuevos terrenos en los que plantar viña, a más altitud sobre el nivel del mar, para huir de los efectos del cambio climático, que no solo se notan en la temperatura, sino en más episodios de sequía, heladas y granizo.